El euro tuvo este viernes una leve recuperación, hasta cambiarse por 0,98 dólares, pero la caída de estos días ha sido vista con mucho temor en los mercados. El miércoles tuvo que salir al rescate de la moneda única la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, anunciando nuevas alzas de tipos de interés para hacer frente a la inflación.
Sin embargo, los analistas coinciden en que será difícil ver un cambio de tendencia significativo mientras no se aclare la situación, y ésta sigue sujeta a variables impredecibles como las temperaturas de este invierno, que pueden determinar si la Zona Euro es capaz de compensar o no la reducción de suministro de gas ruso.
Los niveles a los que cotiza el euro son "insostenibles en el largo plazo", según considera el responsable de análisis económico y financiero de Ibercaja, Santiago Martínez Morando.
"El euro ha caído por debajo de la paridad con el dólar por primera vez en 20 años y, en las últimas semanas, la caída se ha agravado hasta alcanzar mínimos de apenas 0,95 dólares por euro. Frente a un amplio número de divisas en términos de tipo de cambio efectivo real, la depreciación del euro también ha sido notable: se encuentra en mínimos desde 2015 después de caer un -10% en apenas dos años", recuerda el experto.
Y es que la posibilidad de que Alemania, la mayor economía de Europa, entre en recesión entre finales de este año y comienzos del próximo es cada vez más grande como lo constataron en su informe conjunto los principales institutos de estudios económicos. Lo que no ayuda a que el euro coja fuerza frente a la divisa norteamericana.
¿Qué implica la caída del euro?
En lo que respecta a cómo afecta la depreciación del euro a la economía, hay que señalar que intensifica las presiones inflacionistas, ya que encarece las importaciones en general, y en particular las de materias primas, muchas de las cuales se denominan en dólares.
Por ejemplo, el precio del petróleo brent crece un 15% respecto al año pasado en dólares, pero en euros la subida se agrava hasta el 30% interanual. No obstante, también hay un lado positivo, y es que facilita las exportaciones gracias al abaratamiento de los productos denominados en euros, y no hay que olvidar que, en la mayoría de los ciclos, la recuperación suele iniciarse con la mejora de las exportaciones.
A estos niveles para el euro, las empresas españolas tienen una buena oportunidad de expandirse a otros mercados, algo particularmente interesante en un contexto de debilidad e incertidumbre en la Zona Euro.
