Las cuentas del Estado no se han construido sobre voluntarismo o ilusiones de crecimiento sino sobre trampas contables claras de las que el Ejecutivo es consciente. Así lo denuncian los analistas consultados que denuncian, al menos, tres trampas en la contabilidad oficial para cuadrar las cifras.
1.- La caída del PIB y/o el dato del paro están infravalorados: El Gobierno asegura que la economía sólo retrocederá un 0,5% en 2013, en lo que Cristóbal Montoro describe como “el último año de la crisis”. Al mismo tiempo, Hacienda sostiene que el paro sólo aumentará un 0,2%. Esas cifras de caída económica y de repunte del paro son incompatibles.
En España, la productividad se ha disparado desde que comenzó la crisis porque los trabajadores que conservan su puesto asumen la carga de trabajo de los despedidos. La serie histórica muestra que incluso con una economía estancada sigue destruyendo entre un 1,5% y un 2% de empleo, es decir, sigue ganando entre un 1,5% y un 2% de productividad mediante los despidos.
Si, como afirma el Gobierno, la caída de la economía es del 0,5%, entonces, el aumento del paro debiera ser del 2% y no del 0,2%. Ese aumento del desempleo compromete el cumplimiento de la cifra de déficit. Así pues, o el paro está infravalorado o la caída está infravalorada. Una de las dos partidas no encaja… o las dos.
2.- Los ingresos están sobrevalorados artificialmente: El Gobierno ha construido una previsión de ingresos tributarios sobre una base artificialmente inflada. El Ejecutivo considera que cerrará 2012 con una recaudación de 120.00 millones y que en 2013 los impuestos aportarán todavía más al Estado.
Sin embargo, los últimos datos de Hacienda cuestionan esas cifras. El último informe mensual de recaudación tributaria publicado (correspondiente al mes de agosto) demuestra que los ingresos cayeron un 4,8% hasta esa fecha En cifras, eso significa que el Ejecutivo ha recaudado casi 11.000 millones menos de los que preveía en este ejercicio. Incluso si las previsiones se cumplieran de aquí a final de año con la subida de impuestos del IVA (2.500 millones más), Sociedades (1.000 millones extras) y la amnistía fiscal (2.500 millones extraordinarios), a Hacienda todavía le harían falta 6.000 millones para cumplir con la previsión de 2012.
En 2013 la cuesta arriba fiscal es todavía más compleja. Si en 2012 no se cumplen las previsiones –como reconoce la Agencia Tributaria—cualquier previsión que prevea incrementos para 2013 arrastra la exageración contable del año anterior. El resultado es una exageración de los ingresos.
3.- El cumplimiento del déficit puede no ser “sí ni sí”: El Ministro Cristóbal Montoro aseguró que el cumplimiento de reducción del déficit se hará “sí y sí”. Sin embargo, si los gastos son mayores de lo previsto (por una caída económica mayor de la admitida y un paro más alto del reconocido) y si los ingresos menguan el resultado es que el agujero de las cuentas públicas podría agrandarse.
Nadie se atreve a hacer conjeturas públicas sobre dónde puede terminar esa cifra que el Gobierno debería reducir hasta el 6,8% ese año y el 4,5% el que viene. Sin embargo, las fuentes consultadas sí admiten en privado que la desviación puede superar el 1% salvo que se impongan más recortes.
Con esas tres trampas económicas sobre la mesa, sólo cabe una conclusión política: afrontar el incumplimiento del déficit o exigir nuevos recortes y sacrificios a los ciudadanos.