Los parados que acepten un empleo en un municipio en el que no estén empadronados podrán desgravarse 2.000 euros al año ante Hacienda. Es una de las novedades que contiene la reforma fiscal que el Gobierno ha sometido a consulta pública. En el nuevo texto, el Ejecutivo aumenta la desgravación los incentivos a los desplazamientos
Los beneficios fiscales recortarán el pago de impuestos pero no darán derecho a devoluciones de Hacienda
“Tratándose de contribuyentes desempleados inscritos en la oficina de empleo que acepten un puesto de trabajo que exija el traslado de su residencia habitual a un nuevo municipio, en las condiciones que reglamentariamente se determinen, incrementarán dicha cuantía, en el periodo impositivo en el que se produzca
Desgravación mayor para la discapacidad
Esa misma exención se logrará en caso de que los trabajadores sufran alguna discapacidad. En el caso de los trabajadores discapacitados, la desgravación que podrán embolsarse será todavía mayor: de hasta 3.500 euros anuales.
El Gobierno ha creado, además, un supuesto especial de deducción de hasta 7.750 euros anuales para los discapacitados que trabajen siendo grados de minusvalía iguales o superiores al 65% o para quienes padezcan movilidad reducida y necesiten la ayuda de terceras personas para su desplazamiento.
Desgravación, no pagos
Las medidas del Ministerio de Hacienda significan que el Gobierno recaudará menos pero en ningún caso que pagará más. Eso es lo que se deduce de la literalidad de la norma publicada por el Ejecutivo que aclara que la reducción en los pagos al fisco se produce "sin que el rendimiento neto resultante como consecuencia de esta minoración pueda ser negativo". Así pues, a la hora de pagar impuestos, los contribuyentes que se beneficien de esas desgravaciones podrán ver como, en el mejor de los casos, su pago de impuestos queda reducido a cero pero esas desgravaciones nunca darán derecho a devoluciones.