El Banco Sabadell realizó el año pasado la mayor desinversión del ladrillo tóxico de su historia. La entidad presidida por Josep Oliu vendió activos por más de 9.000 millones de euros a Cerberus y Deutsche Bank, tal y como adelantó Vozpópuli, dividido en varias carteras, de las cuales, algunas de ellas siguen sin estar cerradas del todo. Hay activos que aún tienen que tener el visto bueno del Fondo de Garantía de Depósito, ya que provenían de la CAM.
Para realizar la compra de las carteras 'Proyecto Challenger' y 'Proyecto Coliseum' por valor de 5.200 millones de euros, Cerberus tuvo que apalancar 2.000 millones con el Deutsche Bank, según ha podido saber Vozpópuli. Ninguna de las compañías implicadas ha querido hacer comentarios al respecto.
El 'Proyecto Challenger' está compuesto por inmuebles -pisos, promociones y suelos- que Sabadell se ha ido adjudicando durante la crisis. Son activos que no están cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), por lo que su venta es relativamente más sencilla, siempre y cuando las negociaciones no se trunquen en los próximos días.
Por el contrario, el 'Proyecto Coliseum', con 2.500 millones en activos adjudicados, está cubierto por el esquema de protección de activos (EPA) que el banco recibió a cambio de quedarse CAM. Por ello, su cierre está pendiente de las negociaciones en marcha con el FGD.
En conjunto, esta operación es la cuarta mayor de la historia en España en cuanto a venta de activos tóxicos, por detrás del ladrillo del Popular a Blackstone -30.000 millones-, el de BBVA a Cerberus -14.000 millones- y el de CaixaBank a Lone Star -12.800 millones-.
El plan del fondo
El gigante Cerberus reforzó el pasado año su equipo con la incorporación del exJLL Maurice Kelly como vicepresidente de Real Estate en España. El profesional se ha convertido en un hombre clave en el fondo, ya que es el encargado de reunirse con las consultoras inmobiliarias para la valoración de 160.000 activos que ha adquirido el gigante de la inversión durante los últimos años en España.
El fondo quiere darle valor a todo lo que ha comprado a los bancos mediante grandes carteras y ha visto ahora una ventana para poner todo en el mercado a partir de abril y de cara a los próximos dos o tres años. Asimismo, el fondo siempre está en continua rotación de los activos que adquiere y valorando todo lo que compra para su posterior colocación en el mercado.
La primera estrategia de venta se basa en la colocación de nuevas carteras, de un tamaño medio que oscile entre los 100 y 200 millones de euros y sería distribuida entre fondos medianos, sobre todo con origen británico, irlandés y holandés. "Muchos fondos extranjeros que aún no han entrado en el país comienzan a ver una clara ventana de inversión", asegura esta fuente.
Otra forma de vender es mediante operaciones de "activos singulares". Es decir, edificios que tengan un valor añadido y que puedan ser de interés para un inversor privado o un family office. El precio de estos estaría sobre los 50 millones.
Por último, lo más común, carteras de viviendas, en medidas de más o menos 500 unidades, por valor de entre unos 10 y 20 millones de euros.
La tasación de estos 160.000 activos se engloba dentro de la división de Cerberus European Servicing y la colocación no será fácil, ya que "el fondo ha comprado mucho" y tiene "cosas" que ni él mismo sabe. "Se ha quedado con muchos parkings y activos de ese tipo que le será muy complicado colocar", advierte la misma fuente.