Digitalización para cobrar multas sí pero para la enseñanza no. En una era, y más ahora forzados por la pandemia del coronavirus, en la que vivimos en un mundo casi completamente digital en muchos aspectos, y que ha cobrado en estos últimos meses especial relevancia en el campo de la enseñanza con colegios y universidades realizando la formación online con sus alumnos durante los meses de confinamiento, la DGT sigue cerrada a implementarla.
Una digitalización a la que recurre para unos procesos de tramitación de multas cada vez más rápidos que les permite en pocos días hacer llegar la notificación y proceder al cobro a poco que te descuides y no llegues a tiempo de realizar un recurso. Y sin embargo, cuando se trata de evolucionar en el campo de la formación la DGT pone pegas para que las nuevas autoescuelas digitales puedan desarrollar sus programas de formación online para que sus alumnos obtengan el permiso teórico de conducción.
Algo que Pere Navarro sigue dejando claro como ha demostrado en su comparecencia esta semana en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados, en la que entre otras cosas ha señalado a las clases online que se realizaron durante el confinamiento como la causa del atasco de exámenes en España. Sigue viendo a la digitalización como un problema, y por ello se ponen todo tipo de trabas al desarrollo de este nuevo modelo de negocio que son las autoescuelas online, más eficientes y más económicas, pero que chocan contra un modelo tan implantado en España como son las autoescuelas tradicionales en un negocio que mueve miles de millones de euros cada año.
Desde la Plataforma de Autoescuelas Digitales (PAD) señalan que “el sistema de exámenes de la DGT y el sector español de autoescuelas debe acometer, cuanto antes, una transformación profunda para adaptarse a las nuevas necesidades de los ciudadanos y a la nueva realidad post covid. Urge que Pere Navarro, que es quien lleva el timón, recapacite y deje de ver la digitalización como un problema. Desde la PAD hemos hecho varias propuestas y nos han cerrado la puerta sistemáticamente, como una muestra más de su rechazo al cambio y evolucionar. La digitalización es, precisamente, la solución para mejorar la gestión de los exámenes y el único camino posible para reducir las burbujas de alumnos en el futuro”.
Más examinadores
Todo ello en medio de un verdadero caos en lo que a los exámenes se refiere, más ahora que al retraso provocado por los meses de confinamiento se une el miedo al covid-19 y la voluntad de encontrar alternativas al transporte público, que han provocado una mayor demanda de autoescuelas. Sin embargo, las empresas del sector, a pesar de contar con más clientes en la pandemia, se encuentran en una situación delicada. Según la Confederación Nacional de Autoescuelas, solo en el primer semestre del año se han cerrado 72 empresas.
Fuentes del sector apuntan a que estos cierres se producen por dos motivos. El primero, por el golpe del covid que, pese a que ahora reciben un mayor número de matriculaciones, les ha obligado a permanecer cerrados todo el confinamiento con unos ingresos reducidos notablemente, prácticamente a cero. A ello se suma el hecho de que cuando acabaron las restricciones, no pudieron convertir la gran demanda que llegó a las autoescuelas en ingresos y hacer acopio para salvar el año, porque habría habido falta de personal de la DGT a nivel examinador y administrativo que ha paralizado los procesos, dejando las empresas del sector “en una situación muy comprometida”.
Para tratar de solucionarlo, el director general de Tráfico, Pere Navarro ha anunciado ya que solicitará que se convoquen para el año que viene 60 plazas de examinadores que se sumarán a las 40 ya convocadas para este año, en una comparecencia en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso en la que ha advertido que "no se va a rebajar el nivel de exigencia" en las pruebas. Será Función Pública la que de en su caso el visto bueno a esta oferta pública de empleo.
El director de la DGT ha reconocido, tras las críticas de la mayoría de los grupos por el tiempo que hay que esperar actualmente para examinarse, que "faltan examinadores", y ha incidido en que pedir más profesionales para este cometido es "la solución simple" y lo que se necesita es abordar a fondo el problema. Ha explicado que la semana pasada hubo una reunión para avanzar en la idea de que guardias civiles de Tráfico que pasen a la reserva ejerzan de examinadores, aunque ha advertido: "Que nadie piense que vamos a solucionar el problema con algunos guardias civiles".
Según Navarro, los pasados meses de julio y agosto se hicieron un total de 459.000 exámenes, unos 50.000 más que en julio y agosto de 2019, unos datos ante "los que sobran las palabras", ha asegurado.