El incremento del número de contagios por el coronavirus en las últimas semanas del verano, lo que los epidemiólogos han dado en llamar la segunda ola de la covid 19, puede dar la puntilla a la hostelería, el sector más afectado por las consecuencias inmediatas de la pandemia. La caída abrupta del turismo, los meses de confinamiento de la toda la población española, el cierre puntual del ocio nocturno, la reducción de los aforos, la prohibición del consumo en las barras y en el interior de los establecimientos puntualmente en cada una de las comunidades autónomas, han condenado al sector a vivir el día a día de 2020 como una pesadilla que no encuentra fin.
El problema es que lo peor está por llegar, a tenor del último dato conocido y tras autorizar la Comunidad de Madrid nuevas restricciones en los horarios de cierre y aforo. Los créditos dudosos del sector hostelero han aumentado en el segundo trimestre del año un 16,12% en relación con el trimestre anterior, rompiendo una tendencia a la baja que se había prolongado durante nueve trimestre consecutivos.
Según la Autoridad Bancaria Europea (EBA), un crédito pasa a tener la condición de dudoso cuando transcurren más de 90 días sin que el prestatario haya pagado ni el principal ni los intereses del mismo o cuando considera que es poco probable que haga frente a esas obligaciones en su totalidad, con independencia del número de días transcurrido desde el vencimiento.
Según los últimos datos publicados por el Banco de España, el montante de los créditos dudosos de la hostelería ascendía, a cierre del pasado mes de junio, a 1.808 millones de euros, 251 millones millones más que en abril. El problema es que este aumento se produce cuando el sistema financiero tiene comprometidos con el sector 34.115 millones de euros, la cifra más alta de los últimos seis años. Sólo en el segundo trimestre de este año, el crédito total concedido al sector ha aumentado en 5.500 millones, un 19,22%.
Según el Banco de España, “el establecimiento de la línea de avales públicos para los préstamos a autónomos y empresas habría contribuido a relajar los criterios de concesión de préstamos a estos sectores en el segundo trimestre del año”, todo lo contrario de lo que ha sucedido en la financiación a los hogares.
Contracción de la oferta
La Encuesta de Préstamos Bancarios anticipa que en el tercer trimestre, que finaliza el próximo miércoles, se habrá producido una contracción de la oferta, toda vez que, a finales de junio, los bancos habían hecho uso ya del 70% de los 95.500 millones de euros que el Estado había puesto a su disposición en forma de avales públicos para asegurar la liquidez de las pequeñas empresas y autónomos. Así, según el instituto emisor, el crédito concedido a empresas relacionadas con la hostelería, la restauración y el ocio creció entre abril y junio nada menos que un 20%.
En los últimos años, la media anual de financiación dada al sector de la hostelería ha estado en el entorno de los 27.000 millones de euros. Desde 2014 ha tenido pocos altibajos, todo lo contrario que en el sector servicios, en el que la financiación comprometida por los bancos se ha reducido en ese mismo periodo en más de 110.000 millones de euros.
Las líneas de avales ICO y los programas de moratoria de pagos han permitido mitigar el impacto de la pandemia en el cumplimiento de las obligaciones de pago. El Banco de España, sin embargo, cree más que probable un incremento de la ratio de créditos dudosos “más significativo” en los próximos meses, toda vez que existe siempre un desfase entre el momento en que los ingresos de una empresa empiezan a reducirse y en el que comienza materializarse el impago.
En el segundo trimestre del año, según el INE, el PIB de España se redujo un 17,8% en relación con los tres primeros meses de año y un 21,5% en términos interanuales, el equivalente a 268.000 millones de euros. El epígrafe “comercio, transporte y hostelería”, una de las doce subdivisiones que realiza el Instituto Nacional de Estadística para pormenorizar la marcha de cada uno de los sectores de la economía, muestra un desplome de 39,6%, el peor número de todos ellos. En los tres primeros meses de 2020, el descenso fue del 10,1%, también el registro más negativo.