DIA entra en la temida crisis de los 40, esa edad en la que uno supuestamente toma conciencia de lo que se propuso y no ha logrado y que en algunas personas causa depresión. Los hay que, al llegar a esa edad, tratan de capear el temporal tomando decisiones drásticas como divorciarse, cambiar de trabajo o comprarse un coche caro. La cadena de supermercados española se encuentra en esa situación.
La compañía, que celebra ahora su 40 aniversario, ha logrado este año alejar el fantasma del concurso de acreedores después de que el magnate Mikhail Fridman se hiciera con el control acordando la refinanciación del grupo en el último momento con Santander. Pero todavía afronta relevantes retos en diversos terrenos que en cualquier momento pueden volver a ponerla en la picota.
En el ámbito judicial, el dueño de la empresa, el empresario e inversor ucraniano Mikhail Fridman, ha sido llamado a declarar en la Audiencia Nacional por la Fiscalía Anticorrupción como investigado por presuntamente haber obrado de manera ilegal para provocar la quiebra de la compañía tecnológica española ZED.
El pasado mes de mayo se presentó en la Audiencia Nacional querella contra la anterior cúpula de DIA
Aunque el proceso no tiene nada que ver con DIA, inversores, accionistas, despachos o fiscales podrían hacer un paralelismo entre esa supuesta estrategia urdida para hundir a ZED y los métodos empleados para lograr hacerse con la mayoría del capital de la cadena de supermercados.
Pero no sólo Fridman tiene problemas con la Justicia española. Una plataforma de afectados de DIA presentó el pasado mes de mayo querella en la Audiencia Nacional contra el anterior consejo de administración, presidido por Borja de la Cierva, y la consultora KPMG, que auditó las cuentas de la empresa durante más de 20 años. La querella -que todavía debe ser, o no, admitida a trámite- se presentó por los presuntos delitos de falseamiento de las cuentas anuales; falsificación de documento público; y estafa.
DIA reveló el pasado mes de febrero que había abierto una investigación sobre sus altos directivos en España y Brasil. La compañía había encontrado indicios sobre la realización de "prácticas contables irregulares" y aseguró que había denunciado los hechos ante Fiscalía Anticorrupción.
DIA se ha comprometido con la banca a mantener el 80% de efectivo en cuentas mantenidas por los acreedores financieros
La admisión por parte de DIA de haber hallado indicios de prácticas contables irregulares, después de que, a finales de diciembre de 2018, informara que había detectado la necesidad de deteriorar 76 millones de euros atribuible principalmente a su negocio en España, y otros 34 millones de euros en su filial Clarel, facilitó a Fridman el abordaje sobre la empresa al provocar estas noticias la caída del valor del grupo en Bolsa.
La banca, vigilante
LetterOne, la compañía fundada por Fridman propietaria del 69,75% del capital de DIA, cerró el pasado 26 de junio la refinanciación de la compañía al aportar 500 millones de euros, y acordar con los bancos acreedores una inyección adicional de otros 271 millones.
Con la operación, acordada un mes antes con Santander, DIA superó la situación de causa de disolución por pérdidas en la que se encontraba, y repagó bonos que vencían en esas fechas mediante la recepción de 306 millones de euros.
Pero la banca, Santander, mantendrá el foco sobre DIA y Fridman para certificar el cumplimiento del acuerdo de refinanciación.
DIA anunció el viernes su decisión de potenciar su negocio de cuidado personal y hogar, Clarel, y no venderlo
La compañía se ha comprometido a traspasar este año sus participaciones en determinados activos -filiales en el extranjero, inmuebles, tiendas...- y otorgar nuevas garantías. La desconfianza entre las entidades financieras y LetterOne es tal que en el acuerdo de refinanciación se expuso que, al menos, el 80% del efectivo de la compañía se deberá mantener en cuentas bancarias sujetas a garantías que aseguren la financiación, mantenidas por los acreedores financieros.
Esta semana, el consejo de administración de DIA ha acordado la creación "de forma voluntaria", de una Comisión de Estructura Financiera y de Capital de carácter permanente, para hacer seguimiento de la estrategia financiera del grupo.
Clarel y sueldo
Llegada la crisis de los 40 se supone que hay personas que fantasean y se plantean retos utópicos. O que incurren en gastos espléndidos para elevar el ánimo.
Western Gate, con el 2% de DIA, denuncia que no se ha informado de los objetivos que se deben alcanzar para la remuneración del consejo
DIA comunicó el viernes que había decidido potenciar su negocio de cuidado personal y del hogar, Clarel, con 1.300 tiendas en España y Portugal. Con anterioridad, la compañía se había propuesto la venta de la empresa, pero ahora asegura que cree "firmemente en el potencial del sector" y en la posibilidad "de un exitoso cambio para Clarel".
¿Fantasea ahora DIA con el potencial que dice tener Clarel? ¿No será que la compañía no ha logrado ofertas interesantes por este negocio? ¿Contaba DIA con la venta de Clarel para reducir su endeudamiento y cumplir su plan de negocio?
El grupo celebró el 30 de agosto junta extraordinaria en la que se aprobó que la remuneración variable de los consejeros ejecutivos a corto, medio y largo plazo fuese dependiente de determinados objetivos.
La compañía española registró el pasado año una caída de las ventas en Argentina del 30%
La firma Western Gate, con un 2% de DIA, ha denunciado que la propuesta no especifica qué objetivos se deben alcanzar. También ha llamado la atención de este accionista la retribución acordada para el consejero delegado del grupo, Karl-Heinz Holland, tres millones de euros al año hasta 2022.
Argentina
DIA emplea en Argentina a 4.500 personas y cuenta en el país con un millar de tiendas (cerca del 70% franquicias) y cinco almacenes. El grupo -presente también en España, Portugal y Brasil, con más de 40.000 empleados y 6.000 tiendas en total- afronta la seria crisis que vive el país, al borde de la quiebra, y el impacto que pudiera tener en sus cuentas y en el acuerdo de refinanciación el empeoramiento de la situación.
El pasado año DIA registró en Argentina una caída de las ventas del 30,3% (excluyendo el efecto de la hiperinflación el descenso sería del 23%), alcanzando una cifra de ingresos de 970,5 millones de euros.
En sus cuentas de 2018, DIA indicaba que a pesar del "difícil ambiente macroeconómico en el país y la fuerte
disminución del consumo privado por el desmesurado aumento de la inflación y la depreciación del peso argentino", en divisa local el negocio evolucionó favorablemente en 2018, "aumentando la cuota de mercado".
