Alberto Núñez Feijóo sorprendió a buena parte del Hemiciclo este martes con un discurso económico bien armado. Había una batería de medidas y cifras concretas en su primera intervención en el debate de investidura. El candidato popular no hizo mención, sin embargo, a la elevada elevada factura que implican sus promesas.
El equipo económico de Génova, comandado por Juan Bravo, era consciente de que el PSOE podía aprovechar ese flanco para atacar al líder popular. Por eso, acudieron a la cita con todos los números hechos. Tras los planteamientos expuestos por Feijóo había un trabajo de semanas. Todo con el objetivo de dar argumentos al candidato, con los que defenderse ante Pedro Sánchez.
Finalmente, el presidente del Gobierno dio la espantada, dejando su lugar en la tribuna a un diputado raso, Óscar Puente, quien plantó poca cara en lo económico. Feijóo, en cualquier caso, tenía las cifras en mente. Las promesas del PP suponen un coste cercano a los 14.000 millones en el primer año de vigencia.
El líder popular planteó en su discurso rebajar el IRPF para las rentas bajas y medias, con el tope puesto en los 40.000 euros de ingresos. En el terreno fiscal, apostó también por extender el recorte del IVA de la cesta de la compra. Con una novedad: el PP cree que es posible ampliar los descuentos a otros productos básicos, como la carne, el pescado y las conservas. Feijóo planteó otras medidas como el mantenimiento de la ayuda de 200 euros para los hogares vulnerables.
Ese paquete de medidas se materializaría ya en 2024, primer año de la legislatura si Feijóo fuera investido presidente. Otras se desarrollarían a lo largo de un hipotético mandato, como el Pacto de Estado por las Familias (con una aportación de 6.000 millones) o la subida progresiva del salario mínimo interprofesional (hasta alcanzar el 60% del salario medio en 2028).
El ejemplo andaluz para Feijóo
En Génova están convencidos de que el despliegue de políticas económicas lograría un efecto multiplicador para la economía. El PP conoce bien ejemplos como el de Andalucía, donde ha logrado con políticos de sus filas impulsar con fuerza el PIB. Los ingresos de la Junta se han multiplicado prácticamente por cuatro desde que Juanma Moreno desplazó del poder a Susana Díaz.
La clave está, según el equipo económico popular, en las cifras que genera la reactivación económica. Según los cálculos de Génova, más de 18.000 millones. El plan económico de Feijóo se basa en un crecimiento medio del 2,5% anual durante la próxima década. Esta velocidad de crucero permitiría elevar en 6.000 millones los ingresos tributarios. Una parte provendría, entre otras, vía Impuesto de Sociedades, gracias al mayor impulso de la actividad; o el IVA, por el empuje del consumo.
En materia laboral, el PP también contempla un incremento importante de las cotizaciones sociales. Creando un marco estable, garantizando "más facilidades a los empleadores" -como dijo ayer Feijóo-, los populares ven factible crear 250.000 empleos en el corto plazo. Según algunos estudios, en España puede haber un millón de vacantes sin cubrir, sobre todo en la hostelería, la sanidad, el transporte y el sector tecnológico. Se trata de casar la oferta y la demanda de empleos, una asignatura difícil pero no imposible a ojos de Génova.
Impulso de los fondos europeos
Otro de los grandes vectores de crecimiento, según el PP, son los fondos NextGeneration, cuya ejecución ha avanzado con lentitud exasperante durante la última legislatura. El equipo económico de Feijóo considera que podrían ejecutarse a un ritmo anual de 25.000 millones, empezando ya por 2024, siempre que se apliquen los mecanismos correctos para que el dinero 'aterrice' en empresas e instituciones.
Los fondos europeos serían un factor clave en el efecto multiplicador de la economía. También ayudaría la reducción de la deuda, aplicando un tijeretazo al gasto superfluo de las administraciones. El PP calcula que el Estado pagará 40.000 millones en 2024 sólo en intereses. Ese coste de financiación se podría reducir en más de 1.000 millones el próximo año. Bastaría con ofrecer a los mercados una senda creíble de recorte de la deuda pública, en lugar del incremento desorbitado que el Gobierno de coalición ha propiciado durante su mandato: 350.000 millones en cuatro años, el doble que la media europea.