Las empresas generadoras de energía y eléctrica y, en menor medida, las coquerías y refinerías de petróleo han sido las únicas que han elevado sus márgenes empresariales durante la primera mitad del año. El resto de empresas no financieras han mantenido estables sus márgenes pese al contexto de inflación y subida de costes, sin grandes subidas o bajadas, salvo las comercializadoras de electricidad, que sí han visto caer sus beneficios, según la información de la Central de Balances Trimestral del Banco de España (BdE).
El supervisor hace un análisis de la evolución mediana de los márgenes empresariales, y asegura que "estos se habrían mantenido prácticamente estables en 2022, si bien mostrando una elevada heterogeneidad por sectores". De esta forma, destaca las caídas de los márgenes empresariales en el sector de la comercialización de la energía eléctrica y la de productos minerales y metálicos y los aumentos entre las generadoras de energía eléctrica y el sector de coquerías y refino.
Este informe llega justo un día antes de que se abra el plazo de enmiendas contra el impuesto a las energéticas, que se encuentra parado en el Congreso a la espera de que se aclare la tasa europea que prepara la Comisión Europea. En concreto, la tasa comunitaria gravará al menos un 33% los beneficios extra de 2022 de todas las petroleras y gasistas, mientras que el impuesto español aplica un 1,2% sobre los ingresos de eléctricas, gasistas y petroleras en 2022 y 2023 con una cifra de negocio de más de 1.000 millones.
El Banco de España explica que "las empresas generadoras de electricidad registraron un aumento de sus costes de producción (especialmente, por la subida del precio del gas, input de las centrales de ciclo combinado) y lo repercutieron en sus precios de venta, en tanto que las comercializadoras de energía eléctrica no han podido hacer lo mismo sobre algunos de sus clientes (en el mercado libre), al tener en este caso contratos a largo plazo con precio fijo".
Para hacer esta afirmación el BdE se basa en la mediana de los márgenes empresariales, que recoge la situación de la empresa promedio; aunque en todo caso, "dentro de cada rama se aprecia también una notable dispersión, que sugiere, por tanto, que la distinta evolución de los márgenes empresariales no se explica solo por el sector de actividad, sino también por otros factores", aclara.
El informe del BdE refleja un incremento notable de la actividad económica respecto a 2021, esto es el valor añadido bruto (VAB), situándose en términos generales en niveles similares o incluso algo superiores a los registrados en el mismo periodo de 2019. En la misma línea, el resultado económico bruto (REB), es decir, la diferencia entre ingresos y gastos antes de restar las amortizaciones y los impuestos, también repuntó un 35% en el primer semestre, situándose en un nivel similar al que había antes de la pandemia.
"La positiva evolución del REB, en un contexto de fuerte aumento de los costes de producción, refleja tanto la recuperación de la actividad como la capacidad que han tenido muchas empresas de trasladar una parte importante del repunte de sus costes a los precios de venta. Esto se observa al analizar la evolución de los márgenes empresariales, definidos como el cociente entre este excedente y las ventas, que apenas se redujeron 0,2 pp entre el primer semestre de 2021 y la primera mitad de 2022 para el conjunto de la muestra trimestral", sentencia el BdE.