Los recientes movimientos del Gobierno español con Argentina no sólo se han centrado en defender los intereses de la petrolera YPF con el fin de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner rebajara la presión sobre la compañía, sino que las autoridades españolas han aprovechado los contactos y reuniones para extender su preocupación sobre otras grandes compañías españolas con intereses en el país, según explican a Vozpópuli fuentes conocedoras. “El Gobierno argentino está elevando la tensión sobre otras empresas comodities, como Endesa y Telefónica”, continúan.
Endesa, por ejemplo, se ha visto obligada a asumir unas pérdidas de 220 millones en 2011 por el deterioro de sus activos en Argentina. La eléctrica ha rebajado el valor contable de sus activos este año, con el fin de que generen plusvalías en una hipotética venta, según explican fuentes conocedoras. En el caso de Edesur, la provisión se debe a las incertidumbres generadas por los continuos incumplimientos sobre los ajustes de tarifas; y en el caso de térmica Endesa Costanera, la provisión fue por dificultades para obtener ajustes a sus ingresos que permitan cubrir los costes reales de generación y a las dificultades de cobrar las liquidaciones de venta del operador del sistema.
A primeros de año, Argentina amenazó a Endesa con deficiencias en la prestación del servicio, de cortes de suministros y exigió un aumento de la inversión, el ministro de Planificación, Julio de Vido, elevó su presión contra Endesa al anunciar, hace unos días, una auditoría "para evaluar el nivel de inversiones necesarios para que mejore el servicio" de la empresa.
Soria se adelanta a Krischner: no habrá intervención
Las reuniones de Soria con sus homólogos argentinos en su viaje a Buenos Aires que ayer confirmó -pese a los desmentidos del miércoles a este periódico-, parece que dieron sus frutos porque el ministro adelantaba, antes de que la presidenta Cristina Fernández de Krischner hablara ante la Asamblea Legislativa sobre YPF, que la nacionalización de la filial argentina no era ya un temor. Según Soria, ambos Gobierno habían creado grupos de trabajo para avanzar en las negociaciones.
Efectivamente. La presidenta, que habló durante tres horas y cuarto, aflojó la tensión contra Repsol. Más que amenazas o mensajes de internvención hubo reproches contra YPF y se refirió a la "terrible caída" de a producción experimentada en los últimos años. Mostró un cuadro con "gráficos que impactan" y se remontó hasta la década de los 70 para hablar de la evolución de la petrolera. Esta mención tan ligera sober YPF, frente a la agresividad que se esperaba, impulsó de nuevo la cotización de YPF. Ayer sus acciones se revalorizaron un 16,8%.
En su discurso, de carácter populista (hubo hasta lágrimas), la jefa del Estado habló del superávit de la balanza comercial de Argentina en enero, de sus potencial inversor, de su capacidad exportadora, de la necesidad de industrializar lo rural, del papel de la minería, hizo mención incluso a la tragedia ferroviaria reciente en Once -pidió un minuto de silencio por las víctimas-, dedicó buenas palabras al juez Baltasar Garzón...