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La banca mediana teme el suspenso de Economía y negocia ya fusionarse

Los presidentes de Liberbank, BMN, Unicaja, Ibercaja y Kutxabank retoman los contactos ante la posibilidad de no cumplir el Plan de Guindos

  • Egea, Medel, Franco y Menéndez vuelven a hablar ante la posibilidad de tener que fusionarse.

Nunca han dejado de hablar, pero los contactos se han vuelto a intensificar en los últimos días. Los dirigentes de Liberbank, BMN, Bankinter, Unicaja, Ibercaja y Kutxabank, la banca mediana del sector financiero español, han vuelto a retomar las conversaciones para explorar posibles fusiones entre sí ante el temor de que ni el Banco de España ni Economía acepten sus planes para cumplir con el Plan de Guindos. La respuesta definitiva de los dos organismos se conocerá a finales de esta semana o principios de la próxima, después de que se haya cumplido el plazo de estudio de los informes presentados por cada entidad, el pasado 31 de marzo, en los que tenían que detallar de qué forma cumplirían con el saneamiento de sus activos tóxicos inmobiliarios.

"La mayoría podemos cumplir sin necesidad de entrar en alguna proceso coorporativo. Sin embargo, Economía apuesta decididamente por más fusiones y a algunos de nosotros nos tocará participar en algún proceso coorporativo. La sensación en el sector es que habrá alguna entidad que suspenda. Por esa razón, han vuelto a retomarse las negociaciones para tener un plan B en forma de fusión", explican desde una de estas cinco entidades.

Por una parte, las entidades temen que la dificultad actual del negocio bancario conjuntada con las importantes provisiones para sanear el ladrillo, que van a castigar los balances casi hasta rozar los números rojos, sean uno de los motivos que lleve tanto al supervisor como a Economía a 'invitar' a este grupo de entidades a integrarse. Salvo Bankinter, que apenas tiene exposición inmobiliaria, el resto de bancos de cajas se encuentran en esa situación.

El tamaño es otro de los motivos que induce a las entidades a pensar que tendrán que fusionarse. Ninguna de ellas alcanza los 100.000 millones, muy por debajo del suelo de activos de150.000 millones que los mercados exigen a las entidades para poder financiarse en los mercados mayoristas. "Ser más grande no es ser más solvente", se defienden en varias de estas entidades, que ponen el ejemplo del peligro que supone Bankia para la salud del resto del sistema.

Las combinaciones son múltiples y su definición final dependerá de cómo se desarrolle la subasta del Banco de Valencia. En la puja aparecen la mayoría de la banca mediana, pero con muy distinto apetito. Salvo BMN, el banco liderado por CajaMurcia, el resto de entidades participirán en el proceso de ofertas no vinculantes, cuyo plazo finaliza el próximo 27 de abril, ante la indicación del Banco de España. "Salvo en el caso de Unicaja, que puede tener algo de interés, el resto han completado la 'invitación' que les ha hecho el supervisor", aseguran desde un banco de inversión. En Liberbank, Bankinter e Ibercaja existe "frialdad" por este proceso después de haber recibido el cuaderno de venta, según fuentes del sector.

Sin embargo, el calendario de la subasta del Valencia obligará incluso a BMN, una de las dos entidades favoritas junto al Popular, a encontrar un posible socio en caso de no lograr la adjudicación del banco valenciano. El nuevo dueño del Valencia se conocerá en la primera quincena de junio, mientras que las entidades que vayan a participar en una fusión, para cumplir con el Plan de Guindos, deben comunicar su plan el 31 de mayo. Precisamente, BMN es la entidad que tiene la estructura de poder más preparada para una posible fusión. Tanto el puesto de consejero delegado como el de cinco consejeros están actualmente vacantes.

En el dibujo final también puede influir la definición de los gobiernos políticos de Asturias y Andalucía. "Si el PSOE gobernará finalmente en esas dos comunidades autónomas, la fusión entre Liberbank y Unicaja-Caja España-Duero podría facilitarse", aseguran desde círculos políticos. Sin embargo, entre las entidades consideran que en las operaciones tendrán más relevancia los criterios financieros a los políticos. "Antes, con las cajas, la influciencia política era fundamental. Ahora, tras la conversión en bancos, ese nivel de ascendencia se ha reducido", explican desde el sector.

¿Quién manda?, ¿a quién 'castiga' el Banco de España?
Pero, sin duda, la situación que dificultará más el proceso es el reparto de poder de las posibles nuevas operaciones. Todos los presidentes de la banca mediana han sido puestos como ejemplos de buenos gestores por parte de diferentes representantes del sector y de la administración. "Ningún presidente actual cederá su posición de número uno. Todos quieren mandar en las nuevas operaciones porque son conscientes que, dentro de las dificultades, representan a entidades que han cumplido las exigencias de capital, liquidez y solvencia. Ahí estará el verdadero 'quid' de la cuestión de todo este proceso. Saber quién es el que manda en una fusión", explican desde uno de los bancos medianos.

En la mayoría de operaciones, el rector de la entidad absorvida ha diluido su poder con la fusión. Bien por el 'castigo' del Banco de España tras una intervención, nacionalización o proceso dirigido, bien por la situación de inferioridad de los gestores ante el comprador. El último ejemplo son Enrique Goñi y Manuel Pulido, coopresidentes de Banca Cívica, que no tendrán ningún tipo de poder de decisión en el nuevo organigrama de La Caixa. "Ahora el partido está entre iguales, entidades que han cumplido con todo lo que ha pedido el Banco de España. Por tanto, el supervisor lo tendrá difícil para imponer a un presidente ante otro", aseguran desde un banco de cajas.

Para ganar posiciones, la intención de la mayoría de entidades es adelantar su saneamiento inmobiliario lo máximo posible en este primer trimestre, como la hecho Banesto, sin entrar en pérdidas. "Quién esté más limpio de ladrillo estará en mejor disposición de negociar. Incluso ese puede ser un punto a favor en una posible decisión del Banco de España a la hora de incitar a dos entidades a que se fusionen", aseveran desde una entidad de menos de 90.000 millones en activos.

Todos los presidentes de este grupo de bancos medianos aseguran, en público, que sus actuales proyectos son finalistas. En privado, sin embargo, todos están negociando con todos.

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