El modelo de Alemania estará muy presente en los planes del Gobierno para empezar a establecer peajes en las autovías de elevada ocupación. La estrategia coincide incluso en el planteamiento, que defiende que el actual modelo es insostenible porque la mayor parte de la red de vías de estas características sigue siendo gratuita pese a su espectacular crecimiento de los últimos años.
Los documentos que está manejando el Ejecutivo que preside Mariano Rajoy coindicen con una idea defendida por las concesionarias de autopistas, que así se lo han trasladado en las reuniones que han mantenido con el Gobierno: cuanto mayor es la red de autovías, mayor es la cantidad de dinero que hay que invertir en el mantenimiento de la misma.
Además, el desarrollo de esta red ha sido financiado en su mayoría con fondos comunitarios procedentes de la primera etapa de España en la Unión Europea, cuando era uno de los países miembros netamente receptores. Sin embargo, el escenario ha cambiado radicalmente y aquella red que creció de forma exponencial durante más de una década tiene unos costes insostenibles, especialmente en tiempos de crisis.
De esta forma, Moncloa se ha fijado en las medidas tomadas por el Gobierno alemán tras la reunificación, en la década de los 90. Entre los cuantiosos ajustes que se vio obligado a asumir, Berlín comenzó a establecer peajes en las autovías de alta capacidad, en principio para camiones. Pero no tardó en darse cuenta en los positivos efectos de la medida. Así hasta la situación actual, en la que el 80% de la red germana es de pago.
La red creció radicalmente con fondos europeos que ya no volverán
Justamente la situación contraria a la española, donde tan sólo el 20% del kilometraje se encuentra bajo régimen de peaje. Ahora, el Gobierno parece haber hecho suyo el argumento de las concesionarias de autopistas, a las que la crisis y la consiguiente caída de los volúmenes de tráfico han situado en una situación que en algunos casos se aproxima a lo insostenible. En el caso del Ejecutivo, los motivos están relacionados con la necesidad de buscar medidas conducentes al ahorro, que permitan cumplir con los objetivos déficit marcados por la Comisión Europea para los próximos años.
Como adelantó Vozpópuli, el objetivo del Gobierno a corto plazo con el plan de los peajes es ingresar en torno a 4.000 millones de euros al año, aproximadamente un tercio de lo que obtendría si aplicara la medida a toda la red de autovías de alta ocupación. Pero aún le falta definir cuestiones primordiales y solventar, especialmente, el debate que ha generado en su seno la cuestión del cobro por el uso de las autovías.