La empresa catalana Grifols es la mejor compañía del Ibex, con un 42% anual al alza. La crisis parece no ir con ella, ya que desde que hace casi un año comprara su competidora estadounidense Talecris, ha multiplicado su valor en Bolsa por 2,5 veces. Los fondos de inversión internacionales no paran de aflorar en su capital y algunos analistas le siguen viendo valor al alza. Sin embargo, no aparece en las carteras más relevantes de España. Como reza el dicho, no es profeta en su tierra.
Y el caso es que Grifols es, junto a Inditex, una de las claras apuestas de los inversores globales. Ambas empresas no están penalizadas por la ‘marca España’, seguramente por su elevadísima exposición exterior. La compañía en cuestión es una de las tres grandes productoras de plasma sanguíneo y hemoderivados mundiales, así como una de las grandes esperanzas para la curación del alzheimer.
Está presidida por Víctor Grifols, ejecutivo catalán que sorprendió hace unas semanas el pedir en Esade que se autorizara a pagar a los donantes de sangre. En dicho encuentro, plagado de gestores y financieros, el financiero sorprendió al asegurar que su compañía “podría pagar hasta 60 o 70 euros” por donante cada semana, lo que “sumados al paro, serían una forma de vivir”.
Un presidente de una empresa Ibex que pide que le dejen ofrecer dinero contante y sonante como complemento social a los ciudadanos en estos tiempos de recorte y encima su compañía sube en Bolsa. ¿Qué ocurre aquí?
Pues que la demanda de proteínas del plasma seguirá creciendo a ritmos del 6%-8%. Grifols comercializa, a su vez, un fármaco extremadamente rentable, la Inmoglobulina Intravenosa o Ivig y su derivada, la Flebogamma. Los expertos contemplan un importante incremento de márgenes con este producto, pero además, pretende emplearse para la curación del Alzheimer. Este proceso está pendiente de los trials de la supervisión sanitaria en EE UU, pero si llegara a buen puerto, “la demanda de plasma haría que los ingresos de la compañía se multiplicaran quién sabe por cuánto”, explicaba un gestor de sanidad en España, que hacía hincapié en que “sólo en EE UU, donde tiene su gran área de actividad Grifols, hay 20 millones de enfermos de alzheimer”. La compañía está realizando estudios médicos sobre el alzheimer con derivados del plasma, en el que participan aproximadamente 400 pacientes.
Diagnóstico y vacuna
El compromiso de la compañía contra este mal es firme. Hace apenas un mes, sin ir más lejos, se ha hecho con la aragonesa Araclon Biotech (una incubadora de la universidad de Zaragoza), dedicada a la investigación y desarrollo de terapias y métodos de diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas, que presenta avances de consideración en el diagnóstico temprano de la dolencia y en investigaciones para una vacuna.
Grifols compró el pasado año a su competidora estadounidense Talecris, y desde entonces ha multiplicado su valor un 150%, desde el entorno de los 8 euros por acción hasta los 20. Son varios los analistas españoles que reconocen que se han perdido este repunte, absorbidos por la debacle generalizada, pero podrían tener tiempo aun.
Hace un mes, Citigroup comenzaba la cobertura de la compañía, estableciendo un precio objetivo de 25 euros. Ayer, finalizó en 18,47, después de moverse tranquilamente entre pérdidas y ganancias sin demasiados altibajos, en un día totalmente convulso en los mercados financieros. O sea, "descontando el éxito de Ivig con el alzheimer", la firma contempla un potencial superior al 30%. Si los trials tuvieran éxito las ventas podrían incrementarse hacia el entorno de los 1.000 millones de euros sin demasiados problemas.
En el capital de la empresa, están fondos como Cerberus, calificado como fondo buitre, procedente de la compra de Talecris y con presencia en el consejo de administración. También aparecen Blackrock, American Funds o Capital Research, con porcentajes de obligada declaración en la CNMV, superiores al 3%.
Morgan Stanley, muy presente
Asimismo, Luis Isasi, presidente de Morgan Stanley en España, se sienta en el consejo, en una curiosa muestra de buen gobierno tan típica en este país y, por cierto, tan criticada por fondos internacionales. Sin ir más lejos, Morgan es uno de los operadores más activos del valor, y conviene no olvidar tampoco que el banco de negocios ha sido, además, coordinador global de la compañía en su salida a Bolsa, en mayo de 2006.
Grifols, cuya capitalización roza los 4.000 millones de euros, vale más que Banco Popular y casi lo mismo que Red Eléctrica o ACS. Sin embargo, no figura en las carteras más destacadas de España. Por ejemplo, no aparecen títulos del valor en las sociedades de Juan Abelló, ni Alicia Koplowitz, ni los Del Pino; tampoco Bestinver tienen posiciones en la compañía, aunque sí las tienen en otras como Almirall o Rovi. Son los inversores internacionales los que contemplan con más agrado la compañía, sin duda impulsados por la compra de Talecris y las posibilidades que ofrece la curación del alzheimer.
¿Puede ser considerado Grifols un nuevo caso Zeltia? Los pocos gestores que en España han seguido el valor lo niegan. Aunque el apalancamiento de la entidad para la operación es un factor de riesgo (Citigroup lo relativiza), señalan que es una compañía con varios años de ingresos y beneficios recurrentes. En el primer trimestre del ejercicio, facturó 666,7 millones de euros.
“El mercado sabe discriminar”, indicaba uno de los expertos, “de la misma manera que lo hace con Inditex”.
@ManuelLTorrents