El capítulo de la deuda ha vuelto a ser protagonista en la presentación de resultados de ACS. Las cuentas del primer trimestre del año destacan por el recorte del endeudamiento del grupo, motivado por las fuertes desinversiones que llevó a cabo a lo largo del pasado ejercicio, especialmente en su participación en Iberdrola. Sin embargo, el recorte de deuda del grupo contrasta con el incremento de este mismo capítulo en su filial Hochtief.
La constructora alemana, que pasaba por ser una de las empresas de su sector más saneadas de Europa, no ha tardado en contagiarse de uno de los males que han asolado a ACS en los últimos tiempos: su abultado endeudamiento. A finales de 2011, la deuda de Hochtief se situaba levemente por debajo de los 1.000 millones de euros. Tan sólo cinco trimestres después, la cifra se ha elevado por encima de los 2.300 millones.
Por medio, los movimientos de ACS para tomar definitivamente los mandos de Hochtief, después de que a finales de 2010 iniciara la ofensiva con el lanzamiento de una OPA que le permitió situar su participación por encima del 50% y consolidar así resultados.
El grupo que preside Florentino Pérez ha ido avanzando posiciones en Hochtief con la conquista de puestos claves en la gestión de la compañía. Su última gran conquista, el puesto de consejero delegado que desde finales del pasado año ocupa Marcelino Fernández Verdes, ex presidente de Dragados, cabecera de construcción de ACS.
Los temores se cumplen
Bajo el control de ACS, Hochtief vio como el año pasado se quedaba sin repartir dividendo a sus accionistas debido a sus malos resultados y a las rebajas de previsiones que se vio obligada a hacer sobre su filial australiana Leighton.
Ahora, la empresa alemana se sitúa en uno de los escenarios temidos por los ejecutivos que, hace ahora tres años, veían con inquietud el abordaje de ACS. Una de las incertidumbres tenía precisamente a la deuda como protagonista, es decir, qué resultaría de la llegada de una compañía tan apalancada como ACS a una tan saneada como Hochtief.
Las cuentas del grupo español del primer trimestre han despejado dudas. El endeudamiento de Hochtief se ha elevado nada menos que un 136% respecto al del cierre de 2011, mientras que el de ACS se ha reducido prácticamente a la mitad pero a base de sacrificios como la venta de parte de sus activos más valiosos a precios de saldo: a saber, su participación en Abertis, líder mundial de concesiones de infraestructuras, y en Iberdrola.
Otra de las sospechas de los alemanes residía en las intenciones de ACS en cuanto a los activos de Hochtief. Llegó a hablarse de que la compañía germana acabaría troceada y realmente no ha sido así. Pero la venta de la división de aeropuertos es el inicio de un ambicioso plan de desinversiones que también incluye a divisiones de Leighton, cuyo desacuerdo se ha manifestado en la dimisión de varios ejecutivos de la empresa australiana.