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ACS entra de lleno en el sector gasista mexicano al adjudicarse tres campos en la última subasta

Tras varios intentos fallidos, el grupo de construcción y servicios se convierte en uno de los nuevos players del sector energético mexicano tras su liberalización. En el mismo proceso también se estrenó en estas lides la mayor fortuna del país, Carlos Slim.

  • ACS se involucra en la liberalización energética de México

Florentino Pérez ha puesto una nueva pica en una de las potencias energéticas mundiales: México. ACS se ha adjudicado la explotación de tres campos de gas en la última subasta llevada a cabo por la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), que también ha servido para consagrar la entrada en el sector del magnate azteca Carlos Slim, principal socio del grupo constructor FCC.

El adjudicatario de los tres campos ha sido un consorcio conformado por Iberoamericana de Hidrocarburos (compañía mexicana de la que Cobra, filial de ACS, es su primer socio) y la también local PJP4. Iberoamericana ya había intentado sentar sus reales en el sector energético mexicano en algunas de las anteriores seis subastas aunque no había tenido éxito.

En total, los tres campos que ha conseguido el consorcio tienen una extensión de algo más de 600 kilómetros cuadrados y un potencial medio de producción de aproximadamente 200 millones de barriles de petróleo crudo equivalente.

Las subastas forman parte del proceso de liberalización del sector energético mexicano, auspiciado por el Gobierno de Enrique Peña Nieto, que puso fin al monopolio ostentado por Pemex.

Inversiones de 2.000 millones

De las 24 licitaciones de campos de gas y petróleo en juego en la última subasta, dividida en dos rondas, tan sólo tres quedaron desiertas. En un buen número de ellas, los descuentos ofrecidos por las empresas y consorcios que pujaban por los campos llegaron a los máximos establecidos, por lo que tuvo que procederse a un desempate, a través de una oferta de dinero en efectivo.

Sólo contando con este proceso, el Gobierno mexicano recaudó en el proceso cerca de 90 millones de dólares.

Las estimaciones apuntan a que estos 24 campos supongan una inversión por parte de los nuevos propietarios de los derechos de explotación cercana a los 2.000 millones de dólares. La mayor parte de las licitaciones han ido a parar a compañías locales o bien a consorcios en los que participaban empresas mexicanas.

De las renovables al gas

Hasta ahora, la participación de ACS en el sector energético se había centrado en el ámbito de las energías renovables. Con el fin de reducir su abultado endeudamiento, el grupo que preside Florentino Pérez se desprendió la mayoría de la cartera de estos activos, agrupado en la sociedad Saeta Yield, que sacó a Bolsa a comienzos de 2015. Tras este proceso, ACS mantiene aproximadamente un 25% del capital y cuenta como socio con el fondo GIP, que hace poco menos de un año adquirió un 20% de Gas Natural.

Los campos se sitúan en la zona del Golfo de México, en boca de todos en los últimos días por el hallazgo realizado por la petrolera texana Talos Energy en el pozo Zama-1, con reservas de entre 1.400 y 2.000 millones de barriles.

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