El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid ha declarado este lunes el concurso voluntario de acreedores para la sociedad Aeropistas y la autopista de peaje Eje Aeropuerto (OHL), que arrastran una deduda conjunta de 557,7 millones de euros.
Según ha publicado este lunes el Boletín Oficial del Estado (BOE), se ha acordado que los deudores conserven las facultades de administración y de disposición de su patrimonio, aunque sometidas a la intervención de la administración concursal. Los acreedores tienen un mes de plazo para comunicar sus créditos a la administración concursal.
El pasado 25 de noviembre, el Consejo de Administración de Aeropistas, filial de la constructora OHL, solicitó el concurso de acreedores, al igual que la autopista de peaje Eje Aeropuerto. La masa pasiva de Aeropistas ascendía a 437,1 millones de euros y la del Eje Aeropuerto, a 120,6 millones.
Sobrecoste y bajo rendimiento
Según indicó en su día OHL a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la solicitud concursal del Eje Aeropuerto venía motivada por el incremento de costes de construcción y expropiación de la autopista, "sustancialmente" superiores a los inicialmente proyectados, y por los tráficos "extremadamente" bajos que viene "padeciendo" la autopista.
Además de los motivos que determinaron la presentación del concurso de acreedores del Eje Aeropuerto, su matriz Aeropistas lo solicitó al verse incapaz de hacer frente a sus obligaciones financieras de próximo vencimiento, ya que su única fuente de ingresos es la autopista de peaje que conecta con la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas.
Las cuatro autopistas radiales de Madrid proyectadas durante el Gobierno de José María Aznar también fueron declaradas en concurso de acreedores, presionadas por una deuda conjunta de 1.700 millones y una caída de los tráficos que supera el 48% desde los máximos que registraban en 2007, antes de la crisis. De hecho, el tráfico en las autopistas de peaje españolas contabilizó una media diaria de 15.864 vehículos en 2013, un volumen que conlleva un descenso acumulado del 33,6% desde los máximos que registraba este indicador en 2006, antes de la crisis económica, y que supone una caída del 4,9% frente a un año antes.
