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Brasil prevé anular el contrato del AVE para cambiar las condiciones del concurso

Según fuentes relacionadas con el Ministerio de Transportes carioca, el cambio beneficiará las aspiraciones de España y Alemania frente al consorcio francés. Otros problemas corroen Brasil: la burbuja, la falta de fondos y las protestas de la calle. 

  • Dilma Rousseff, en una imagen de archivo.

El plazo para presentar ofertas para el AVE Río de Janeiro-Sao Paulo-Campinas no concluye este viernes, como estaba previsto, ni tampoco dentro de un año, como anunciaron anteayer las autoridades brasileña; en la misma línea, la obra no será adjudicada durante 40 años a un consorcio para “operar, mantener y conservar” el tren de alta velocidad. La línea probablemente no verá la luz antes del Mundial de Fútbol de 2014, una conjetura que proviene de fuentes bien relacionadas con el Ministerio de Transportes carioca y con la Empresa de Planificación y Logística (EPL, la Renfe brasileña).  

Estas fuentes aseguran  que el Gobierno de Dilma Rousseff anulará el contrato del AVE brasileño para cambiar los pliegos del concurso en busca de un “nuevo modelo empresarial”. El cambio beneficiará a España y Alemania frente a Francia, que es y seguirá siendo favorita. Según indicó el presidente de EPL, Bernardo Figueiredo, la adjudicación de la obra, 518 kilómetros y 13.000 millones de euros, se aplazará “por lo menos un año” tras conversar con los consorcios aspirantes. Pero la idea que maneja la compañía estatal es eliminar las actuales condiciones contractuales y elaborar unas nuevas, aletargando aún más el proyecto. Un viraje que la ministra de Fomento, Ana Pastor, celebró ayer como triunfo de la diplomacia española.

Francia, favorita con Alstom

Aunque nadie del consorcio lo reconocía abiertamente, las opciones españolas eran escasas, y no solo, que también, por el terrible accidente del Alvia el 24 de julio o por la pelea interna entre los fabricantes Talgo y CAF: a finales de junio, Brasil modificó un punto de los pliegos que, pese a su imperceptibilidad, ponía por delante al consorcio galo liderado por la empresa Alstom.

El cambio consistió en suprimir la previsión del coste de la infraestructura y en rebajar el canon a pagar por los operadores durante los 40 años que duraba la concesión. El canon pasaba así de 24,80 euros por tren y kilómetro de alta velocidad a 22,9 euros. ¿Por qué beneficiaba a Francia esta operación? Porque los trenes de alta velocidad de dos pisos que opera SNCF, los célebres dúplex, consiguen transportar a más pasajeros que nadie, con lo que los franceses pueden rentabilizar el pago del canon con la venta de billetes. Según las fuentes consultadas, lo que ahora está en cuestión no es solo el precio del canon, sino el mismísimo régimen de concesión.   

Falta de financiación… y la calle

Fuentes del sector empresarial consultadas avistan otros problemas más allá de las condiciones contractuales. “Algo pasa en Brasil”, comentan estos directivos desde el anonimato. La opinión generalizada es que el aplazamiento no es solo fruto de la eficaz presión ejercida por los consorcios español y alemán, sino que responde a achaques internos del gigante sudamericano, como la falta de fondos y la mala planificación. El contrato de señalización de los Cercanías de Sao Paulo, de 280 millones de euros, lleva dos años de retraso, “y eso que está en fase de ejecución”, lamentan empresarios. Dimetronic, firma española absorbida por Siemens en enero, es una de las adjudicatarias de los Cercanías paulistas.

Finalmente, están las protestas que encendieron las calles de Brasil el pasado mes de junio. “El aplazamiento probablemente sea lo más importante que han conseguido las manifestaciones”, ensalza una periodista española afincada en Sao Paulo. “Y eso que no había ninguna protesta específica contra el AVE, sino contra el encarecimiento del transporte público”. Otros analistas se refieren a la burbuja inmobiliaria que recorre el país, la inflación o la corrupción latente. 

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