Septiembre de 2012. Pocos meses después del rescate a BFA-Bankia, la opinión pública conocía un informe de inspección del Banco de España referente al mes de marzo, publicado por el diario El País, en el que se constataba que la entidad daba a conocer unos datos sobre su morosidad, pero que la "real" era mucho más alta. Ésta se mantenía disfrazada, decían, gracias a refinanciaciones, adjudicados y pases a fallidos. Sin estas técnicas contables, la tasa de mora se incrementaba en más del doble de lo anunciado al mercado.
Algo similar está ocurriendo con una parte sustancial de la morosidad bancaria que, mes a mes, las entidades financieras dicen estar reduciendo. Tras una escalada imparable en 2012 y 2013, una reducción cosmética por el traspaso de activos tóxicos al Sareb y alcanzar su pico máximo a inicios de 2014, los créditos dudosos no han dejado de descender (casi de forma constante), aunque algunas de las estrategias que el supervisor atribuía por entonces a BFA-Bankia estarían usándose de forma casi generalizada aun hoy.
Vozpópuli ha accedido a datos desagregados de las trece principales entidades sobre la evolución de los créditos dudosos (morosos a efectos contables) y en los que se pone en contexto la reducción de los mismos. Los datos, proporcionados por una de las entidades, muestran que la práctica totalidad de los bancos han reducido su volumen de créditos en mora entre diciembre de 2014 y junio de 2015: Santander (-1.778 millones de euros), Sabadell (-1.762 millones), Bankia (-1.124 millones)... Tan solo BBVA se saltó la tendencia en los primeros seis meses del año y registró un incremento en el volumen de créditos dudosos: 2.579 millones entre diciembre de 2014 y junio de 2015. Pero es un efecto directo por la compra de Catalunya Banc por parte del banco presidido por Francisco González. Al adquirir la entidad catalana registraron de forma directa un enorme volumen de nuevos créditos morosos en su balance.
Crecimiento generalizado de los adjudicados
Casi de forma contraria, los datos sobre volumen de adjudicados muestran una tendencia al alza de forma generalizada. Entre diciembre y enero tan solo dos entidades (Kutxabank y Bankia) lograron reducir la cantidad de activos adjudicados en su balance. El resto incrementó sus posiciones de forma notable. Al margen de BBVA (+2.366 millones), con datos excepcionales tras sumarse Catalunya Banc, son Caixabank (+1.382 millones), Popular (754 millones), Santander (+621 millones) y Sabadell (+379 millones), los bancos líderes a la hora de quedarse con las garantías aportadas por sus acreditados.
Bancos como el Popular (16.214 millones en adjudicados), BBVA (16.119 millones), Caixabank (13.455 millones), Santander (10.381 millones) y Sabadell (9.227 millones) presentan unos volúmenes totales de activos adjudicados muy por encima de la de una entidad de un tamaño comparable como Bankia, que a junio de 2015 contaba en su balance con unos 4.343 millones de euros.
A la vista de estos datos, fuentes financieras consultadas por este diario dan por hecho que una parte de estos adjudicados son una forma de reducir contablemente los datos de morosidad de las principales entidades privadas. Lo explican también expertos del sector como el analista Carmelo Tajadura (ver tuit inferior). ¿Qué lógica hay detrás de estas prácticas? En el momento en que un banco, por ejemplo, decide ejecutar la garantía de una hipoteca con impagos y se queda ese activo adjudicado, automáticamente ese crédito deja de constar como moroso. Seguirá suponiendo un coste de mantenimiento y gestión, pero ya no será un crédito con pagos pendientes a efectos contables.
como venimos repitiendo,en las bajadas de mora hay un significativo impacto de las políticas de salida (ventas, canjes,traspaso a suspenso)
— carmelo tajadura (@CTajadura) November 18, 2014
No es ilegal ni irregular, ya que forma parte de las estrategias legítimas que cada compañía puede hacer con su balance, siempre que el auditor y el supervisor estén de acuerdo, como es el caso. Otras prácticas que sirven para reducir la morosidad contable es la venta de activos o la calificación definitiva de un crédito como fallido (el cual debe provisionarse por completo). En todo caso, puede poner en cuarentena el hecho de que la morosidad bancaria haya bajado tanto como han parecido indicar las cifras oficiales.
Tema aparte es que el disponer de tal volumen de activos adjudicados no es algo que beneficie en el medio plazo a las entidades. Al contrario. Tal y como ya señaló este diario, la banca española se ve lastrada por un volumen de nada menos que 238.000 millones de euros en activos improductivos (muchos de los cuales son adjudicaciones), que saturan los medios humanos y materiales de la banca, sin que éstos sirvan para generar riqueza de momento.