Tras semanas de negociaciones infructuosas respecto al expediente de regulación de empleo, la dirección del gigante informático en España las ha dado por concluidas (sin acuerdo) este pasado jueves y ha remitido un día después un comunicado interno a toda su plantilla planteándoles la determinación de la compañía de llevar a cabo bajadas de salario y despidos unilaterales en caso de que los representantes sindicales no se avengan a aceptar la renuncia al plan de previsión y los 130 despidos marcados el pasado mes cuando IBM planteó el Expediente de Regulación de Empleo por causas organizativas.
Negociación ERE en #IBM finalizada sin acuerdo en ninguno de los expedientes. #EreIBM
— Comité IBM Madrid (@ComiteMad_IBM) October 29, 2015
Tal y como señala el comunicado enviado a todos los empleados, y al que ha tenido acceso Vozpópuli, “en ausencia de acuerdo y estando plenamente legitimada para ello, la compañía implementará unilateralmente la reducción salarial y el despido colectivo, con el alcance que considere necesario. En lo que respecta a la congelación del Plan Tradicional, continuaremos con el proceso de inaplicación, siguiendo el procedimiento de arbitraje marcado por la ley”, advierten.
En el mismo documento y en un párrafo anterior a las amenazas, la dirección de IBM SA reconoce haberse atrevido a “sugerir” a los representantes de los trabajadores la convocatoria de una asamblea de empleados para que éstos puedan “expresar su opinión” sobre los planteamientos de la compañía.
Ofensiva tras la derrota en el Supremo
Hace unos meses, el Tribunal Supremo dio la razón a los representantes sindicales de IBM, que llevaban décadas pleiteando con la compañía multinacional para reclamarle la aplicación en España del mismo plan de pensiones del que disfrutan el resto de empleados a nivel internacional. Finalmente el Supremo dio la razón a los trabajadores, lo que suponía un inmenso agujero de dinero para la filial española, y que a su vez desató el contraataque por parte de su dirección.
Hace unas semanas, IBM SA presentó un ERE en el que se planteaba una reducción de plantilla de 130 personas, una reducción de salario al resto de empleados del 9% y la suspensión del llamado Plan Tradicional, que sería sustituido por “un nuevo plan de aportación definida, aplicable a partir del 1 de enero de 2016” y con un coste de 6 millones de euros anuales para la compañía.
Desde la representación de la plantilla están seguros de que el argumento esgrimido por IBM de causas organizativas esconde en realidad la voluntad de no acatar en ningún caso la derrota judicial por el Plan Tradicional. La propia multinacional deja claro en su escrito que tanto si se llega a un acuerdo como si no, no se plantea la opción de aportar los fondos pendientes de aportar al citado plan, que supondrían un desembolso y un quebranto de 209 millones de euros.
Es tal la aversión de IBM al citado plan de pensiones que en el comunicado remitido a la plantilla se destaca un párrafo (el único subrayado) en el que dejan “muy claro” que en el caso de que los representantes sindicales aceptasen la propuesta de la empresa en cuanto al aparcar la idea del plan y aceptar los despidos colectivos (que serían en primer caso bajas incentivadas antes que forzosas) la dirección estaría dispuesta “a dejar sin efecto la reducción salarial aun a costo de perder los ahorros vinculados a esta medida y todo ello en aras de la paz social y en beneficio de un marco de certidumbre y estabilidad futuras”.