Al contrario de lo que pasa en España -donde los responsables de malas prácticas bancarias raramente dimiten sino que habitualmente se retiran con millonarias indemnizaciones- en Reino Unido el escándalo de Barclays ya se ha cobrado la cabeza del presidente y del consejero delegado, Bob Diamond, quien presentó este martes su dimisión con efecto inmediato, tras el escándalo de las manipulaciones de los tipos de interés interbancarios, informó hoy la institución bancaria.
La renuncia de Diamond se produce un día después de que también dimitiera el presidente del Barclays, Marcus Agius.
La comisión parlamentaria que investigará las prácticas y estándares de calidad de la industria financiera británica como consecuencia del escándalo por la manipulación de las tasas del mercado interbancario de Londres (Libor) tendrá que presentar sus conclusiones antes de finales de año, según ha propuesto el ministro de Finanzas británico, George Osborne, quien anunció una reforma en la legislación del sector para evitar que vuelva a ocurrir un hecho de estas características.
En un comparecencia ante el Parlamento, Osborne incidió en la necesidad de llevar a cabo cambios urgentes en la regulación de Libor para evitar que esto ocurra de nuevo y garantizar que en futuro las autoridades tienen los poderes apropiados para perseguir a quienes manipulen y cometan abusos en el mercado.
El titular de Finanzas ha encargado a Martin Wheatley, miembro de la Autoridad de Conducta Financiera, que estudie las posibles reformas en el actual marco del Libor, como la posibilidad de que se convierta en una actividad regulada y de usar datos reales del mercado o la transparencia en el proceso de fijación o gobernanza del indicador.
Asimismo, también anunció que propondrá cambios en la Ley de Servicios Financieros en otoño para garantizar que las multas que pagan los bancos y otras entidades que se saltan las normas en un futuro vayan al Tesoro y no a los reguladores del sector para que beneficien a los ciudadanos y no a otros bancos.