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El BCE le hace un roto de 700 millones a BBVA y Santander con su normativa 'antipérdidas'

Los CoCos emitidos por ambas entidades para disponer de suficiente capital regulatorio "bailinable" supone un gasto en intereses de más de 400 millones para BBVA y casi 300 millones a Santander, según la agencia Scope.

  • Francisco González, presidente de BBVA.

Más de 700 millones de euros al año. Este es el coste, en intereses, que tendrán que desembolsar los dos principales bancos españoles (BBVA y Santander) para hacer frente a la nueva normativa anticrisis del Mecanismo Único de Resolución encaminada a reducir al máximo los rescates bancarios con dinero público. La normativa les obliga a disponer de un colchón de activos bailinables (llamados AT1, o CoCos) a los que específicamente se puedan ocasionar pérdidas sin afectar a inversores minoristas en caso de que una entidad financiera se encuentre en problemas. La colocación de los mismos entre inversores institucionales, sin embargo, supone la aceptación de cupones muy altos, que ocasionan todo un roto a las cuentas de resultados de la banca.

BBVA es una de las entidades financieras que está pagando un precio más alto por sus emisiones AT1 (siglas en inglés de capital principal adicional), según los cálculos elaborados por la agencia de calificación crediticia Scope. La entidad presidida por Francisco González pagará alrededor de 436 millones de euros al año por estos CoCos. Las cuatro emisiones, de entre 1.500 y 1.000 millones de euros cada una, implican cupones anuales de entre el 6,75% y el 9%.

En su última emisión, de abril de este año, BBVA paga un 8,875% por 1.500 millones de euros en AT1

Fue precisamente el pasado mes de abril cuando BBVA realizó su última emisión de bonos perpetuos convertibles contingentes. En concreto fueron 1.000 millones de euros de estos instrumentos complejos, que pagan un cupón anual (dividido en cuatro trimestres) del 8,875% cada año entre 2016 y 2021, "y luego se cambia automáticamente a un tipo swap a 5 años más un 9,177%", según explican los analistas de Scope.

En el caso de Santander, el coste que tiene que afrontar cada año el banco presidido por Ana Botín es de unos 283 millones de euros, debido a tres emisiones de AT1 de 1.500 millones de euros cada una y realizadas entre marzo y septiembre de 2014. En el caso de esta entidad, los intereses a pagar cada año son más bajos (de entre el 6,25% y el 6,375%) tal y como muestra el análisis elaborado por Scope Ratings, lo que unido al menor volumen total de CoCos ayuda a reducir la carga que suponen estos instrumentos regulatorios.

Los AT1 forman parte de los pasivos susceptibles de sufrir pérdidas, dentro de lo que en el sector se conoce como MREL (requerimiento mínimo de deuda elegible en inglés). Es decir, forman parte del colchón de capital (ya sea puro u otras modalidades) que han de tener todas las entidades para evitar el recurso al dinero público o las pérdidas de los contribuyentes en caso de crisis. Tal y como ya explicó Vozpópuli, la normativa internacional contra los rescates (bail outs en inglés) implica milmillonarias emisiones y la adopción de un sistema de rescates asumidos por los inversores privados (bail ins). Y para que haya bail ins es necesario que existan activos balinables; y es aquí donde cobran sentido los AT1 que la normativa obliga a emitir. 

Un producto arriesgado

En un entorno de tipos de interés próximos a cero y cuando la banca está cobrando por los depósitos a empresas, un instrumento financiero de pasivo con retribuciones de entre un 6% y un 9% puede sonar muy atractivo. Sin embargo, tal y como ya se ha contado, estos CoCos no están pensados para que inviertan en ellos clientes minoristas de los bancos. Son un producto complejo y de altísimo riesgo (empieza a sufrir pérdidas automáticamente si el capital regulatorio cae del 5,125%), solo apto para institucionales. 

Los AT1 empiezan a sufrir pérdidas automáticas si el capital principal del banco cae del 5,125%

A cambio de ese atractivo cupón, las dificultades a las que se enfrenta un inversor de CoCos no son precisamente pequeñas: Según sus propias condiciones contractuales, no solo existe el riesgo de perderlo todo en caso de crisis aguda del banco, sino que también puede no cobrar intereses a plena discreción del banco, "si la entidad lo considera necesario o deseable". Además, existe una serie de condiciones objetivas o fijadas por los reguladores que pueden ocasionar la cancelación del cupón.

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