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El BBVA coloca a un fondo buitre su cartera de créditos en el Grupo Prisa

La entidad que preside Francisco González ha liquidado prácticamente del todo su posición acreedora en Prisa, colocando sus créditos a un fondo buitre. La operación se realizó el pasado mes. 

BBVA ha liquidado prácticamente al 100% su cartera de créditos a Prisa, colocándosela a un fondo buitre. La operación se realizó durante el pasado mes, aunque todavía no ha trascendido el nombre del comprador.

En la entidad no han querido efectuar ningún tipo de declaración a este respecto, aunque Vozpópuli ha podido saber que esta operación se realizó transfiriendo los activos a un intermediario financiero. ¿Quién compra este tipo de instrumentos? “Ahora mismo, exclusivamente fondos buitre”, señalan fuentes financieras bien informadas.

Prisa, que continúa cotizando aunque muy lejos de otros tiempos rutilantes (cuando comenzó la crisis, se pagaba por encima de 17 euros; ayer cerró a 0,23), anunció el pasado año un acuerdo de capitalización de deuda con las entidades financieras, que debería ejecutarse el próximo ejercicio.

Aunque BBVA no figuraba entre los principales acreedores (el pool acreedor lo lideraban Bankia, La Caixa o HSBC) la operación es de libro para estas fondos de alto riesgo, que buscan tomar posiciones en empresas en situación extrema (distressed) con el máximo descuento posible.

El nombre no ha trascendido en ningún momento. Las fuentes dejan caer los tradicionales: Apollo, Cerberus… aunque no falta quien señala que el comprador que tendría más sentido sería el propio Liberty, un hedge fund promovido por Nicolas Berggruen y Martin Franklin.

Irrecuperables

Esta sociedad ha sufrido unas pérdidas prácticamente irrecuperables tras su entrada en la firma y la recompra de la deuda podría aportarle alguna expectativa, según fuentes financieras, aunque parece poco probable que los dos inversores tengan ganas de redoblar su apuesta en el grupo multimedia.

El protagonismo de los fondos buitre está siendo cada vez más habitual en las compañías españolas, por desgracia. Ahí está el caso de La Seda y el fondo Anchorage. Lo malo es que estos inversores oportunistas casi siempre buscan tomar posiciones en las empresas hasta hacerse con porcentajes de decisión, siempre con el menor coste posible.

El objetivo final de estas operaciones ha sido en muchas ocasiones la liquidación de la firma, previa colocación de los activos más interesantes. A este respecto, un gestor de fondos español comentaba que recientemente tuvo lugar una reunión con inversores en Madrid del consejero delegado del grupo, Fernando Abril Martorell, “en el que destacaba la prudencia rayana en el pesimismo”.

El manager presente en el evento comentaba que “si tuviera que extraer un titular de la presentación sería la resignación del consejero delegado ante una aparentemente inevitable venta de alguna de las joyas de la corona”.

Respecto al interés sobre activos de Prisa, ha habido mucha especulación en el pasado reciente y todo a apunta a que seguirá habiéndola. Por su lado, Abril-Martorell se rodeó de su equipo de máxima confianza, con ejecutivos procedentes de Credit Suisse, logró una refinanciación importante, pero de momento la situación está lejos de haber mejorado.

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