La futura compañía que integrara a Bimbo y Panrico sería un gigante de la panadería y la bollería industrial en España. Aunque está por ver si sería el primero. El espectacular viraje de los consumidores españoles en el último lustro hacia la marca blanca se ha traducido en un importante retroceso en las ventas de Bimbo (que pasaron de 347 millones en 2009 a 264 en 2013, un 24% menos), y de Panrico, que de 381 millones en 2010 cerraron 2014 con apenas 258 millones facturados (un 32% menos en cinco años). Entre los dos, poco más de 500 millones de euros.
Grupo Siro o Dulcesol compiten de tú a tú con Bimbo y Panrico por la supremacía del sector desde sus atalayas de la marca blanca
¿Han dejado los españoles de comprar pan y bollería industrial? No parece. Porque en este mismo periodo se puede observar una evolución completamente diferente en dos de las compañías de marca blanca más importantes de España. Grupo Siro, el interproveedor de bollería de Mercadona, y Dulcesol, que trabaja para Lidl y Carrefour entre otros. Así, los palentinos de Siro han pasado de una facturación de 410 millones en 2010 a vender 563 en 2014 según su memoria anual (un 37%) más. El grupo palentino ha tenido la oportunidad de crecer a lomos de los supermercados de Juan Roig, a quienes le venden un 90% de lo que fabrican. Mercadona no ha parado de ganar cuota de mercado en los últimos años hasta tener nada menos que un 20% del sector del gran consumo con más de 20.000 millones de euros en ventas. La empresa de Aguilar de Campoo (Palencia) además de bollería, también está presente en otros segmentos alimentarios como la pasta, y cuenta con 4.000 empleados.
LOS NÚMEROS DEL GRUPO SIRO
Por su parte, Dulcesol ha visto crecer su cifra de negocio hasta los 292 millones de euros, un 4,2% más que en 2013 y se erige también como uno de los grandísimos agentes del sector fabricando sobre todo bajo marcas blancas. Tiene 1.800 trabajadores. La compañía valenciana renunció en su momento a seguir haciendo la marca blanca de Mercadona para poder optar a tener más clientes, algo que no le permitía su 'acaparadora' relación con los supermercados.
Un estudio de la consultora IRI sobre el sector lo deja claro: Bimbo-Panrico ocuparían un 21% por valor y un 12% por volumen, dados sus precios más elevados que la marca blanca. Serían muy fuertes en el canal de la tienda tradicional, las gasolineras, restaurantes y bares, y más débiles en la gran distribución. La marca blanca, llamada en el sector 'marca del distribuidor (MDD)' tiene según esta consultora un peso del 64% por volumen y del 49% por valor. Ambas marcas están entre las 50 con más impacto en los consumidores (porque son las que más veces compran) en España según la consultora Kantar Worldpanel.
Bimbo no ha desvelado el precio de la operación en su comunicado efectuado al regulador de los mercados mexicano, la bolsa donde cotiza. Sin embargo, en 2011 realizaron una compra similar: el capital mexicano se hizo con el negocio de panadería y bollería de la multinacional norteamericana Sara Lee en España y Portugal, una de cuyas marcas era Bimbo. Fueron 115 millones en efectivo para hacerse con el control de la marca que llevaba su nombre, entonces con 7 plantas y 2.000 empleos. Unas cifras del estilo a las que tiene Panrico ahora, con menos empleados (1.360 en 2014 tras quedarse la plantilla en la mitad en cinco años) pero con 9 factorías repartidas entre la Península Ibérica (España y Portugal), Canarias y Baleares.
Efectos en el empleo
Aún es pronto para valorar si habrá o no efectos en el empleo, dado que la operación está sujeta a lo que pueda opinar Competencia. Sin embargo, las duplicidades podrían aparecer echando un primer vistazo. Por ejemplo, en la zona centro el grupo resultante tendría cuatro factorías, dos en Madrid (Las Mercedes y Paracuellos del Jarama) y Guadalajara (las dos en Azuqueca de Henares). "En Guadalajara una hace pan de molde para marca blanca y otra para el Bimbo. Paracuellos hace bollería... parece que podrían ser complementarias" ha asegurado a Vozpópuli el responsable del sector agroalimentario de UGT, Sebastián Serena.
El sindicalista reconoce las caídas de ambas marcas en el último lustro, ya que "en esta época ha venido la marca blanca, aunque también tiene que ver mucho la reducción del volumen de ventas con esa competencia desleal que se ha producido en los últimos cinco años por la política de desprecio de la gran distribución, además que el momento económico no ha acompañado y eso se ha pagado con cierres de fábricas, retroceso de personal, etc". Sin embargo, reconoce Serena que gracias a los ajustes en los últimos años "las empresas están ahora situadas de otra manera y con esta operación deberíamos de tener un objetivo claro de crecimiento y mantener y recuperar el empleo".