Cuatro de febrero de 2010. El gigante de la inversión Blackrock, uno de los mayores gestores de fondos del mundo, hace pública su posición en los dos principales bancos españoles: Un 4,453% del accionariado de BBVA y un 4,775% de las acciones de Banco Santander. Lo suficiente en ambos casos para ser un inversor de referencia. Durante cuatro años completos, según consta en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, ambas participaciones permanecieron estables. Hasta la primavera de 2015.
En abril del pasado año, los responsables de Blackrock comenzaron un rally de compraventas de los valores de ambos bancos en un contexto de inestabilidad y creciente castigo bursátil a la banca española: El pasado año concluyó con desplomes de hasta el 33% en las valoraciones. Estas caídas se han acentuado en este comienzo de 2016, con las entidades financieras sufriendo algunas de los mayores descensos en el selectivo español.
El caso de BBVA es el que ha registrado un mayor número de operaciones notificadas a los reguladores. Tras cuatro años de menor actividad, los fondos gestionados por Blackrock han incrementado sus operaciones en el banco presidido por Francisco González, haciendo que la entidad superara y bajara del umbral del 5% de participación (hecho que se ha de notificar a la CNMV) durante seis ocasiones en 2015. En abril, la gestora anunciaba que alcanzaba el 5,012% del banco tras comprar un 0,269% del mismo, para apenas unas semanas después (el 8 de mayo) volver a descender hasta el 4,991%.
En agosto Blackrock volvió a sobrepasar el 5% marcado por los reguladores tras adquirir otro 0,275% del accionariado del banco, para de nuevo, tres semanas después, volver a reducir su posición hasta el 4,998%. La montaña rusa continuó en octubre, después de que la gestora registrara un máximo en su participación del 5,111% al ostentar el control de 322.258.917 acciones de BBVA. Cuando parecía que el año acabaría con esta cifra récord, los gestores del gigante inversor decidieron volver a reducir su posición en el banco, hasta un 4,893% del capital social.
Una montaña rusa en lo que va de año
Con el nuevo año, la especulación de Blackrock en el banco presidido por Francisco González, lejos de reducirse, ha aumentado: El 4 de enero la gestora anunciaba otra posición históricamente alta en BBVA, superando el 5,248% del accionariado de la entidad. ¿Una confianza reforzada en el banco en medio de la tempestad que vive el sector? Quizás no, toda vez que apenas cuatro días después (el pasado 8 de enero) la firma de matriz estadounidense reducía su apuesta por el banco hasta el 4,508%. El juego en Bolsa no parece tener fin, toda vez que el pasado día 12 Blackrock volvió a apuntarse una compra de acciones significativa para situarse por encima del 5,032% en BBVA. Tres grandes movimientos sólo en lo que va de año.
Más tranquilo, desde este punto de vista, parece estar siendo el inicio de año para Blackrock respecto al otro gran banco español. Poco que ver con un año 2015 en el que las apuestas al alza y a la baja de la gestora fueron casi una constante durante todo el ejercicio. A pesar de que valores tan grandes como Santander gozan de una enorme liquidez diaria, la venta de un paquete relativamente grande por parte de un accionista como Blackrock puede modificar el signo del mercado por sí sola.
A finales de abril de 2015, Blackrock anunciaba que la firma sobrepasaba el 5% de accionariado significativo merced a la compra de un 0,283% de participaciones accionariales del banco presidido por Ana Botín. El gigante de la inversión parecía mandar una señal de confianza respecto del mayor banco español ante la emergencia de problemas macroeconómicos en Brasil, uno de sus principales mercados. No por mucho tiempo. Menos de un mes después volvía a notificar una caída por debajo del umbral regulatorio tras vender prácticamente la misma cantidad de acciones que unos días antes había adquirido (un 0,284%). De nuevo, las aparentes dudas duraron poco, ya que la firma recompró otro 0,284% del Santander apenas dos días después.
Más breve fue la operativa alrededor de una semana después: El 18 de mayo de 2015 la gestora volvía a reducir su posición en Santander, en este caso hasta un 4,996%, pero al día siguiente compraba un paquete de acciones prácticamente igual en tamaño para volver a situarse por encima del 5% de nuevo. Los últimos capítulos de este serial de compras y ventas se registró (hasta el momento) a finales de julio y principios de agosto, cuando Blackrock se deshizo primero de una participación del 0,271% para días después volver a apostar (en esta ocasión a más largo plazo) por el banco hasta alzarse como el primer accionista, con un 5,097%.