Cabify y Podemos tienen programada una reunión para este mismo lunes para tratar de templar gaitas ante la escalada verbal que el partido y la empresa (controlada por un fondo de inversión próximo a BBVA) han vivido en la última semana. Cabify quiere salir del radar de la formación política, que ha utilizado su nombre junto al de Uber para censurar a empresas "que no pagan impuestos", y mejorar la situación con el partido de Pablo Iglesias, al que las encuestas otorgan un resultado muy bueno el 26 de junio y posibilidades reales de poder gobernar el país siempre que obtuvieran el apoyo del Partido Socialista.
Podemos lanzó la andanada contra ambas compañías de transporte el pasado lunes en Barcelona, en un acto contra el TTIP, donde las puso como ejemplo de lo que ocurriría si el acuerdo de comercio entre Europa y Estados Unidos se llevara a cabo.
Miembros de la segunda línea del partido, como las eurodiputadas Lola Sánchez y Tania González o Rafa Mayoral, se posicionaron públicamente a favor de los taxistas y en contra de las dos principales compañías que en estos momentos ofrecen servicios similares al taxi pero bajo licencias VTC.
UBER y Cabify son ejemplos de lo que será el TTIP: beneficios para los privilegiados y recortes en servicios públicos #TAXIvsTTIP
— Podemos en Europa (@EuroPodemos) June 2, 2016
La compañía se sintió atacada y tuvo que responder que "pagamos nuestros impuestos en España religiosamente, como en todos los países donde operamos". También negó ser una "fábrica de falsos autónomos", tal y como les ha acusado la asociación de taxistas Fedetaxi que, junto con CC OO solicitó a la Inspección de Trabajo o al Ministerio de Fomento que investiguen su funcionamiento y la forma en que se relaciona profesionalmente con los empleados que deciden trebajar con ellos. Según ha podido saber este diario, la reunión entre la formación política y la empresa obedece a un intento por mostrar de forma proactiva que la actividad económica que realizan es positiva.
Argumentos ya conocidos
Cabify ya publicó a finales de mayo una nota de prensa en la que explicaba características sobre su propia naturaleza. Es previsible que a Podemos se le muestren de nuevo informaciones en este sentido. Por ejemplo, que "los transportistas que colaboran con Cabify lo hacen bajo un régimen de contrato mercantil de servicios" y también que "la empresa no da de alta a autónomos, sino que estos ya se han constituido como tales antes comenzar su relación contractual". La compañía controlada por el fondo Seaya Ventures, de Beatriz González (hija de Francisco González, presidente de BBVA) no paga a los transportistas un sueldo mensual ni anual, sino en relación a su facturación por servicios. Cabify también ha recibido ayudas del Ministerio de Industria cuando era ministro José Manuel Soria.
Quizá Cabify también explique a Podemos el motivo por el cual tiene su sede en Delaware (EE.UU), tal y como avanzó este periódico el año pasado. Según la compañía esto es "debido exclusivamente a su etapa inicial" porque recibió su primera ronda de financiación en 2011 por parte de inversores de Silicon Valley y uno de sus requisitos era tener una sede fiscal en Norteamérica.