CaixaBank quiere evitar sustos en bolsa. La entidad catalana contrató durante 2017 dos derivados ('equity swaps') sobre sus dos grandes participadas, Telefónica y Repsol. Con ellos, se blinda de pérdidas de hasta 821 millones de euros, cerca de un 20% del total, según el último informe financiero del grupo.
Según el mismo, CaixaBank contrató el 1 de agosto un 'equity swap' sobre 45 millones de acciones de Telefónica, un 0,88% de la operadora y una quinta parte (17%) del 5% que tiene en su capital el grupo catalán. Desde entonces, estos títulos han estado cubiertos de pérdidas del 17%, a cambio de ceder el dividendo. Traducido, el grupo ha esquivado pérdidas latentes (excluyendo gastos y dividendos) de 75 millones por la depreciación.
En el caso de Repsol, el derivado se contrató el 27 de octubre sobre 30 millones de acciones, un 2% de la petrolera y una quinta parte del 9,6% que tiene CaixaBank. Desde entonces, han dejado de perder 40 millones.
Fuentes del banco explican que los 'equity swap' son un instrumento habitual para la gestión de participadas y que siempre se conservan los derechos políticos de las acciones.
La participación en la petrolera estaba valorada en 2.171 millones en el balance de CaixaBank a finales de 2017. La de Telefónica en 2.109 millones, tras un ajuste de 180 millones.
Contabilidad
Más allá del derivado, lo importante para CaixaBank es que el 1 de enero entró una nueva normativa contable (IFRS 9) que evitará que tenga que cargar contra resultados las minusvalías en sus participadas, como le pasó a BBVA.
Así, el banco presidido por Francisco González reconoció que su participación en Telefónica le había generado minusvalías de 1.123 millones de euros como consecuencia de la evolución de la acción en bolsa. La entidad advirtió que la actual normativa contable no le permitía seguir repercutiendo esas pérdidas a su patrimonio, por lo que se veía obligada a registrarla con cargo a su cuenta de resultados.
Según el último informe anual de gobierno corporativo de Telefónica, BBVA aglutina el 5,17% del capital de la ‘telco’, lo que le convierte en el segundo accionista, por detrás del fondo de inversión BlackRock (6,63%) y le sitúa por delante de CaixaBank (5,01%).
Los accionistas de la compañía han visto reducido el valor de su inversión durante los últimos meses, ante el significativo descenso del precio de los títulos de Telefónica. Hace un año, costaban 9,64 euros, mientras que este martes, estuvieron a tan sólo tres centésimas de descender por debajo de los 8 euros (8,02).
La deuda neta del grupo se redujo en 4.365 millones de euros durante el ejercicio 2017, hasta los 44.230 millones de euros. Esto situó el ratio deuda/EBITDA en 2,66 puntos, según datos de la ‘telco’.