Lo decíamos ya en octubre de 2007 y no hace mucho VozPópuli, y ya ha llovido. Cetrén, o la Asociación de Acción Ferroviaria, es un totum revolutum. Sus fines según lo que reza en su web es: la promoción, fomento y defensa del ferrocarril como modo de transporte, así como facilitar el conocimiento, difusión y divulgación de la tecnología española en materia ferroviaria, potenciando y prestigiando su presencia en ámbitos internacionales. En la actualidad CETREN está integrada por la gran mayoría de las principales empresas vinculadas al ferrocarril, y, de acuerdo con la Ley Orgánica reguladora del Derecho de Asociación, por la que se rige, y conforme a sus Estatutos, sigue las directrices que le marca su órgano supremo: la Asamblea General, teniendo como órgano de gobierno una Junta Rectora compuesta por 20 de sus miembros”. Desde entoces nadie ha movido un dedo, todo sigue igual y la auténtica tarea de la certificación ferroviaria, en manos de quienes han de ser certificados. Como el célebre dicho, de poner la zorra a guardar el gallinero. Y Fomento, impasible.
En realidad Cetrén es el grupo de presión ferroviario por antonomasia. Los integrantes de Cetrén forman lobby y a él pertenecen las principales empresas operadoras, las que fabrican material rodante, trenes, vagones, containers; las tecnológicas de las comunicaciones y la seguridad en la circulación y las grandes empresas de obra civil, ingenierías, consultoras, etc. Es decir, todo lo que se mueve en torno al mundo del ferrocarril.
Pero, en Cetrén, nada está claro, ni nada es claro. Todo se mueve entre el disimulo, el claroscuro y lo opaco. Veámoslo por partes:
1. Cetren se define como organización privada de fines no lucrativos. Pues, miren, no. A esta organización privada pertenece Renfe, Adif y otras operadoras públicas, lo que la desviste de su condición de grupo privado. Segundo, ¿dónde están los fines no lucrativos? Que sepamos, Cetrén se dedica a certificar material y procesos ferroviarios, así como a formar en oficios y conducción de trenes. Por todo ello cobra sus emolumentos y por sus servicios. Lo de sin fines de lucro, queda muy bien, pero es inexacto. O mejor, falso.
2. Cetrén, hemos dicho que certifica procesos industriales ligados al ferrocarril, al tiempo que imparte formación. Y nosotros nos preguntamos: dado que Cetrén es una empresa de certificación ferroviaria, ¿quién certifica a Cetrén? La cosa tiene gracia: Cetrén está compuesta por empresas ferroviarias, que son sus socios, que, a su vez, son quienes certifican a las empresas que integran Cetrén. Las empresas constitutivas de Cetrén son, a la vez, certificadoras y certificadas. O sea, se autocertifican a sí mismas y a las ajenas. Son un monopolio.
3. Cetrén, se mueve en una ambiguedad calculada. Se pone bajo la bandera de ENAC, Entidad Nacional de Acreditación y la Agencia Ferroviaria Europea, en calidad de mera asociada, para rodearse de una aureola de oficialidad, de pseudo oficialidad, sin tenerla. Ya lo hemos dicho es una agrupación de empresas privadas y públicas para hacer lobby de sus intereses y cobrar, como culaquier empresa, por sus servicios.
4. ¿Qué pinta en Cetrén Adif y Renfe que son las empresas públicas que licitan obras, mezcladas con otras empresas privadas, que, en teoría, viven a costa de los contratos de las grandes operadoras y la gestora de infraestructura ferroviaria, públicas?
5. ¿Qué pinta prologando la llamada Memoria 2011 de esta organización e inaugurando una Jornada Técnica sobre Certificación en el Sector Ferroviario el próximo 24 de mayo en la sede de la FFE, un alto cargo público del Ministerio de Fomento, tal que D.Manuel Niño, que entonces era Director General de Ferrocarriles, hoy Secretario General de Infraestructuras?; ¿qué pintan funcionarios de Fomento en sus Comités?, ¿qué imagen de "oficialidad" se quiere dar con ello, consentida por el ministerio y la Ministra?, ¿no suena un poco raro tanta connivencia entre un alto servidor público de Fomento y un lobby privado, cuando no hay que descartar que puedan existir colusión de intereses público-privados?
6. Cetrén, sr Niño, hace lo que el Ministerio ha dejado de hacer. Sí, dejación de funciones, porque las certificaciones debería llevarlas a cabo un ente certificador independiente y que no resulte ser arte y parte. Otro tanto la formación, tanto de oficios como de maquinistas, que deberían ser carreras regladas de los niveles de la Formación Profesional de grado Superior o Medio y no chiringuitos de los sindicatos y los listillos del mundo ferroviario. Lo volvemos a decir, ¿quién evalúa al evaluador Cetrén?
7. Cetrén, acoge, sobre todo, en sus cuadros directivos a una parte de los defenestrados, prejubilados, jubilados, represaliados políticos, afectos ahora y desafectos con los gobiernos anteriores de Renfe y Adif, aunque también de otras empresas. Los cargos principales se dedican a vivir y dejar vivir, con suculentos sueldos, viajes a todo pasto, al menos hasta no hace mucho tiempo, y todo aquello que rodea a una empresa de la vieja y rancia escuela ferroviaria, donde el dinero era lo último que se miraba. Ahora mismo, su presidente y director general han sido presidente y alto cargo, respectivamente, de Renfe. Es decir, un auténtico cementerio de elefantes.
8. Pero, la traca final es la siguiente: ¿dónde están las cuentas de Cetrén?, ¿por qué rendija se han colado? Que se sepa, hasta ahora las cuentas de Cetrén han sido opacas para quienes no estuvieran en el ajo, y ni con ésas. Que si Asociación de Acción Ferroviaria, que suena a Acción Católica, que sin fines -eso lo dicen ellos- de lucro, que si organismo asociado de la UE, las cuentas ni están, ni se las espera.
Si ud, lector, abre su página web (www.cetren.es) y entra en la que Cetrén llama su Memoria Anual, verá que en su índice dice que en la página 65 figura el Informe Financiero. Pues, no. Tienen sus responsables la desfachatez de decir en el índice que en la página citada se accede a un llamado Informe Financiero, cuando no figura informe alguno que se le parezca y, directamente, se salta a la página setenta y tantos.
No, no es un lapsus desdichado, es que no existe informe financiero alguno que publicar. Es tomarnos por tontos de baba. Nunca ha habido, ni hay lo que en cualquier sociedad se denomina Memoria Anual, que además de contar los avatares empresariales correspondientes a la organización, figuran -deben figurar- el preceptivo informe de Auditoría, y los estados contables, que al menos deben estar constituidos por el Balance, la Cuenta de Pérdidas y Ganancias y el Estado del Origen y la Aplicación de Fondos.
Las cuentas de Cetrén huelen mal. No de ahora, sino de mucho tiempo atrás. Y decimos que huelen mal y hieden porque están tapadas a la opinión pública y por eso se hurtan a la transparencia que hoy día se demanda para todo aquello en que haya euros de por medio, sean de naturaleza pública o privada.
Ministra, solicite que le presenten las cuentas auditadas, y prepárese para un soponcio, al tiempo que, háganos caso, prohiba a los miembros de su equipo que se sienten en comites privados, prologue Memorias que no son tal, a través de las que quieren darnos gato por liebre, en este caso, ni gato.