Sede de edificios históricos edificados en los inicios del siglo XX y de todo tipo de comercios, cines y más recientemente, teatros donde proliferan musicales, la Gran Vía es una de las grandes atracciones de Madrid. En la última década, muchas de las salas de cine, tiendas de discos como Madrid Rock y otro tipo de actividades variopintas han ido mudando a locales de un segmento muy concreto: la moda de perfil medio o 'low cost'. Si la calle Serrano de la capital alberga las marcas más lujosas (Gucci, Louis Vuitton, Loewe por citar sólo algunas), Gran Vía se ha especializado en la moda 'barata' y la apertura del Primark en su número 32, la segunda tienda más grande que la empresa tiene en todo el mundo. Esta moda de baja rentabilidad y alta rotación proviene de China y otros países asiáticos, y ha convertido a la Gran Vía en un gigantesco 'Made in Asia'.
"Importamos la mayoría del textil de Asia evidentemente, así se consiguen precios competitivos, también gracias a grandes volúmenes de compras"
En la arteria madrileña se encuentran, además de Primark; Lefties, Bershka, Pull & Bear, Springfield, Stradivarius, Zara (grupo Inditex); Mango; H&M; Punto Roma; Sfera (El Corte Inglés) y Cortefiel. Todos ellos cuentan con cadenas de suministros en las que se nutren, básicamente, de Asia. Y de hecho algunas de ellas (el propio Primark o Mango, por ejemplo) se vieron implicadas en el escándalo de Rana Plaza, la gigantesca ciudad textil de Bangladesh donde en abril de 2013 un derrumbe causó la muerte de 1.100 personas, causando heridas de mayor o menor consideración a otras 2.500. Esta tragedia volvió a sacar a la luz lo habitual que es compartir proveedores entre las grandes marcas de moda.
"Importamos la mayoría del textil de Asia evidentemente, así se consiguen precios competitivos, gracias también a los volúmenes de compras tan grandes que tenemos, que ninguna otra marca puede igualar", aseguran desde Primark. Un vistazo a las etiquetas de su nueva tienda lo deja bien claro: China, Myanmar, Camboya, Indonesia... buena parte de los estados donde también trabajan sus competidoras. También Marruecos tiene presencia, siendo un país muy demandado por su mano de obra barata y su cercanía con Europa.
Primark se ha visto involucrada en algún caso polémico como unas supuestas etiquetas denunciando trato esclavista que aparecieron en unas prendas compradas en Swansea, Gales. "Nos fuerzan a trabajar horas agotadoras", decía esa supuesta denuncia que encontró una clienta. Tras investigar el caso, Primark aseguró con rotundidad que había sido un "engaño".
Pocos proveedores españoles
Es por todos conocido que los grandes retailers de moda apenas tienen fabricación en sus propios países. Por ejemplo, en el caso de Inditex se destacó a este periódico que la mayoría de su producción (entre un 55% y un 60%) se produce en "un entorno mediterráneo", contando como tal especialmente Turquía y Marruecos. Si hablamos de Mango, la propia compañía destacó en su memoria de sostenibilidad que en 2015 compraron apenas un 12% a proveedores europeos (españoles alrededor de un 7%) y practicamente todo lo demás a países asiáticos con la excepción de Marruecos.
Por su parte, Cortefiel es prácticamente uno de los pocos grupos textiles que escapa de esta tendencia, al recoger en su memoria del año 2014 que más de la mitad de sus compras provienen de Europa y buena parte de las mismas de España. Asia en su caso apenas ocuparía un tercio de las compras, todo un récord.
Como cuenta Primark en su propia web: "Tenemos alrededor de 700 proveedores, desde China, India y Bangladesh hasta Turquía o Europa del Este. Muchas de las fábricas que hacen nuestros productos también hacen para otros e incluso para marcas de lujo".
La paradoja de las marcas de lujo
En efecto, tal y como indica Primark la gran paradoja es que las marcas de lujo que en Madrid encontraríamos en Serrano o en Barcelona en el Passeig de Gràcia con precios desorbitados también fabrican en Asia buena parte de su producción. Aunque Gucci lo estuvo negando durante un tiempo, varios escándalos sacaron a la luz el trato polémico a los trabajadores de sus proveedores en China.
En efecto, aunque también las marcas lujosas tienen proveedores asiáticos, tratan de esconder sus etiquetas 'Made in China' por motivos de imagen. En el mundo de la moda, por tanto, parece imposible escapar del 'Made in Asia', que ha llegado al paroxismo con la supertienda de 1.200 metros cuadrados repleta de mercancía asiática en la vía más emblemática de Madrid.