El Corte Inglés trabaja para cerrar las cuentas del ejercicio 2021-2022, que acabará el próximo 28 de febrero y en el que, según distintas fuentes, volverá a los números negros tras las pérdidas históricas del año precedente provocadas por el coronavirus. Para aprovechar la mejoría del negocio y la entrada en el capital de Mutua Madrileña, el gigante de los grandes almacenes ha llamado a la banca acreedora para negociar una nueva refinanciación de su deuda, que en total ronda los 3.500 millones de euros y que vence en 2024.
Según estas fuentes de El Confidencial, el grupo que preside Marta Álvarez y dirige Víctor del Pozo reunirá la próxima semana a la veintena de entidades financieras nacionales e internacionales para cambiar los términos del préstamo sindicado de 900 millones, más una línea revolving de 1.000 millones. También quiere renegociar las condiciones del crédito solicitado al Instituto de Crédito Oficial (ICO) por 1.340 millones cuando irrumpió la pandemia en abril de 2020. De esta última línea de financiación, 974,9 millones, facilitados por Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Crédit Agricole, Ibercaja, Kutxabank y Liberbank, se firmaron hasta 2026, y los 381 millones restantes, concedidos por BNP Paribas, Société Générale, Goldman Sachs, Cecabank y Commerzbank, hasta junio de 2022. Además, El Corte Inglés adeuda una emisión de bonos de 690 millones realizada en 2018 y otra de 593 millones lanzada en 2020 que expiran ambas en 2024. La compañía, que acaba de amortizar una colocación de renta fija similar por 600 millones, paga un tipo de interés de entre el 3% y el 3,65% por estos bonos. Un volumen que se completa con unos 250 millones en forma de pagarés y leasing.
Fuentes financieras indican al citado medio que lo que pide la compañía es refinanciar 2.600 millones: 900 que quedan del préstamo del ICO y 1.100 de líneas de crédito a corto plazo. A esta cantidad se añade la amortización de una de las emisiones de bonos en circulación. Una vez el grupo obtenga el grado de inversión, lanzará otra colocación de renta fija por un importe similar a partir del verano. Siempre y cuando El Corte Inglés obtenga esa calificación crediticia (BBB- o superior de Fitch y Standard & Poor's, y Baa3 o superior de Moody's), la banca no exigirá a la empresa el cumplimiento de ninguna ratio financiera, pero todavía no ha llegado a ese escalón, por lo que el pasado año tuvo que pedir una exención de esa cláusula a los acreedores para que no contabilizase el incumplimiento.
No obstante, la compañía confía en que tanto Moody's como Standard & Poor's y Fitch, que el año pasado le mantuvieron el rating en un momento muy delicado para el sector de la distribución, le premien con esa distinción antes del verano, una vez que entren en caja los 1.100 millones acordados con Mutua por comprar el 8% del capital y el 50% del negocio de seguros y fondos de inversión. La primera de las agencias ya le ha quitado el calificativo de 'negativa' a las perspectivas financieras del grupo, que confía en que las otras también mejoren su nota a 'estable'.
Coste de la electricidad
Con todo esto, El Corte Inglés considera que los bancos deben rebajarle ahora el tipo de interés. De esta manera, ahorrará más de 100 millones en gastos financieros, lo que servirá para compensar el aumento del coste de la electricidad, que golpeó con dureza la cuenta de resultados durante el segundo semestre del ejercicio que ahora finaliza.