A tortas con una deuda pública, la española, la cual –paradojas- sigue sin ser muy elevada (774.549 millones de euros, el 72,1% del PIB, cuando la media europea es del 85%) pero no para de crecer (435 millones al día, ritmo que aumentará previsiblemente tras el rescate: en 2007 la deuda suponía el 36,3% del PIB), circulan por ahí datos que, según se aborden, explican la ardua resistencia de la tesorería nacional a los embates internos y foráneos. Como el presentado la semana pasada por Unespa, la patronal de los seguros: según la Memoria Social del año 2011, el sector asegurador en España posee 47.542 millones de euros de deuda soberana.
Se trata del nada desdeñable 7,4% de la deuda pública nacional en manos de compañías de seguros, de acuerdo con los últimos datos recabados, que se remiten al 30 de junio de 2011, hace casi un año. El sector invierte en total 214.000 millones de euros y, de ahí, lo que va a parar al mercado de renta fija nacional de deuda pública -es decir, deuda soberana- es, pues, un tercio.
¿Son sensibles las aseguradoras a los vaivenes de la prima española? Sí, y también al rumbo de la economía en lo tocante a ingresos financieros. Pero el sector se cura de riesgo, atendiendo a algunos gráficos: prima la renta fija. También el largo plazo, otro de los valores refugio. El cliente nacional, cuentan fuentes de la patronal, quiere inversiones prudentes. “En España, no hay duda, se ha generalizado el seguro de vida. Y ese tipo de cliente no persigue riesgos financieros, por lo general”. Un 65% de las personas que fallecen en España tienen contratado un seguro de decesos.
Lejos de la cartera de aseguradoras francesas y británicas
“Siete de cada diez euros son invertidos en activos considerados conservadores”. Y uno de ellos es la deuda soberana, que garantiza liquidez. La actividad es desigual en función de las comunidades: el sector asegurador concentra más de la mitad de sus inversiones en deuda pública estatal de Cataluña, Andalucía y Madrid.
Pero el gráfico se ve más descompensado si se coge a toda Europa. Porque, aunque es verdad que las compañías españolas son las terceras que más destinan a renta fija de su inversión financiera total -siete de cada diez euros-, el volumen de su cartera es considerablemente más bajo que el que poseen las aseguradoras de Francia, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Holanda o Reino Unido. Solo la inversión en renta fija por parte de las firmas francesas alcanza el 60% de su PIB, mientras que en España la tasa se queda en el 13%.