Las consultoras y auditoras PwC, KPMG y Deloitte trabajan ya en la elaboración de una propuesta que presentar a Telefónica en el proceso abierto para pujar por el macrocontrato de casi 200 millones de euros para auditar las cuentas de la multinacional española en el periodo 2017-2019.
Es el gran acontecimiento del año para este sector, dado que la operadora de telecos es la segunda sociedad del Ibex 35 que más gasta en servicios de auditoría (68 millones de euros en 2014) tras el Santander.
Así que las tres grandes (Ernst&Young es el actual auditor de la teleco y se queda fuera al llevar más de diez años) se van a dejar la piel en el proceso. Según las fuentes del sector consultadas, PwC y KPMG parten como favoritas para adjudicarse el contrato más goloso del Ibex, dado que el Santander, que en 2014 se gastó la friolera de 187,2 millones de euros en auditorías, ya cuenta con nuevo auditor (PwC).
Telefónica es la segunda compañía del Ibex que más gasta en auditorías (68 millones en 2014), por detrás del Santander (187 millones)
En tercer lugar aparece Deloitte, que en estos momentos pasa por sus horas más bajas. Es líder mundial y europeo en este tipo de servicios, pero en España arrastra el estigma que se granjeó con el escándalo de la salida a Bolsa de Bankia y que ahora se retroalimenta con el pufo de Abengoa.
Según las fuentes consultadas, estos dos escándalos están pasando factura a la respetabilidad profesional de la firma que, pese a seguir siendo líder en el Ibex (audita al 42% de las 35 sociedades), podría perder buena parte de los contratos que aún mantiene a medida que las compañías vayan eligiendo nuevos auditores para adaptarse a la actual normativa.
Escándalo Abengoa
No sólo porque al ser la que más empresas audita y la que lleva más años, tendrá que dejar de supervisar las cuentas de aquellas sociedades con las que lleva un decenio o más; sino también porque Deloitte ha sufrido un "daño reputacional muy serio" en las últimas semanas, según las fuentes consultadas, al no haber alertado de que las cuentas de Abengoa no se sustentaban y el grupo andaluz se dirigía inevitablemente al concurso de acreedores, el mayor de la historia de España.
El estigma con el que carga Deloitte nació con el escándalo de Bankia y ahora se ve reforzado con el concurso de acreedores de Abengoa
No hubo salvedades ni en 2014 ni en el primer semestre de este año. Abengoa caminaba hacia el precipicio y Deloitte sólo alertó el 13 de noviembre, cuando ya no había vuelta atrás.
En el grupo Telefónica, como en todo el Ibex, se ha seguido muy de cerca todo lo ocurrido en el último mes en torno a Abengoa y Deloitte, auditora a la que el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), dependiente del Ministerio de Economía, podría abrir en breve un expediente para investigar si la firma desatendió sus obligaciones de visar que las cuentas del grupo andaluz se correspondían con la realidad y si pudo incurrir en negligencia profesional, señalan las fuentes del sector consultadas.
Es lo que llaman el estigma Deloitte, que comenzó a forjarse con Bankia, se refuerza ahora con Abengoa y se está convirtiendo en una rémora para la firma, en un momento en el que, tras los cambios normativos, las grandes compañías españolas cambiarán, la mayoría de ellas, de auditor entre 2016 y 2017.