El ex primer ministro de Qatar, Sheikh Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani será, dentro de tres años, accionista de referencia de El Corte Inglés con entre un 10% y un 12,5%. El multimillonario jeque ha concedido un préstamo de 1.000 millones de euros al grupo de distribución español y, a la vez, ha exigido un gran número de cláusulas y salvaguardas para garantizarse un futuro tranquilo en la compañía o, en caso de debacle, una salida muy bien remunerada.
El jeque parece dudar del futuro del gigante español y ha negociado dos vías de salida o compensación por las que en el peor de los escenarios (algo que ni El Corte Inglés ni sus bancos acreedores ni los analistas creen que ocurrirá) se embolsaría un 3% de capital adicional o, en su caso, 300 millones de euros. Su alfombra de oro se fija en esta cantidad al aplicar el porcentaje del 3% a la valoración global de la compañía utilizada de referencia en la operación (10.000 millones de euros).
Si la debacle se produce dentro de 5 años, el jeque podría sumar ese 3% al 12,5% que ya controlará, en virtud de la conversión de los 1.000 millones de euros del préstamo en acciones del grupo. Controlaría un 15,5% del capital del grupo o recibiría esos 300 millones de euros en concepto de penalizaciones por incumplimiento de las cláusulas.
Si El Corte Inglés no consigue un crecimiento del 12% en ebitda en cinco años o algunos de los accionistas, incluido el jeque, venden, se activarían las cláusulas de penalización
La primera de las cláusulas, del 1%, se activaría en caso de que El Corte Inglés no sea capaz de cumplir su plan de negocio a cinco años, que prevé una tasa anual acumulada de crecimiento del ebitda (resultado operativo bruto) del 12%, según ha informado la propia compañía.
Se pagará ese 1% si la desviación de dicho plan de negocio (contabilizado como media ponderada) pase del 95% del grado de cumplimiento a un 65%, afirma el grupo, que quiere dejar claro que ni en los peores sueños de sus directivos se alberga la posibilidad de no conseguir estos crecimientos, muy asumibles en un entorno de mejora del consumo y de eficiencia en la gestión.
Y para que el jeque pueda dormir un poco más tranquilo, la compañía que preside Dimas Gimeno le ha 'regalado' una confusa cláusula, valorada en 200 millones de euros (2% de los 10.000 millones), que se activará en el caso de que algunos de los actuales accionistas decidan abandonar el grupo (Ceslar y Mancor, los accionistas rebeldes, tienen esta opción en su punto de mira).
A partir de los 4,5 años desde la firma del contrato con el jeque Al Thani, si algún accionista de los actuales o el propio inversor deciden vender, la penalización se activará, tal y como reconoce El Corte Inglés.
También ocurrirá eso si la empresa decide salir a Bolsa (ésa era la idea del fallecido presidente, Isidoro Álvarez) y en el proceso, la valoración del grupo se ha deteriorado por debajo de los 10.000 millones establecidos como referencia en la entrada del jeque árabe.
Fuentes de la compañía, sin embargo, restan importancia también a esta cláusula porque consideran que estos hechos son hipotéticos y tienen pocos visos de materializarse.