A Endesa le va a tocar arremangarse para llevar a buen puerto la macroampliación de capital, valorada inicialmente en más de 8.000 millones de dólares, que anunció a finales de julio pasado para Enersis. Las nuevas tasaciones que su filial chilena (de la que controla un 60%) se ha visto obligada a encargar para los activos que Endesa aportará en la operación arrojan cifras muy inferiores, hasta en un 29%, con respecto a lo que determinó un primer perito el pasado verano.
No obstante, si se tiene en cuenta el método de descuento de flujos de caja futuros en lugar de la cotización bursátil de Enersis (muy castigada desde la ampliación), los nuevos informes otorgan a esos activos un valor de entre 4.600 y 4.700 millones de dólares, cerca de los 4.862 millones que determinó el primer informe. Endesa se aferrará a esas valoraciones en la negociación que ahora se abre con los minoritarios de Enersis, fundamentalmente, los fondos de pensiones chilenos, conocidos como AFP, que controlan un 13% del capital. El precio que se fije para esos activos (ubicados en Chile, Argentina, Brasil, Colombia y Perú) será, con toda probabilidad, inferior a los 4.862 millones que planteó inicialmente Endesa, que preveía ingresar hasta 3.161 millones de dólares en efectivo (la aportación de los minoritarios).
Se abren ahora dos escenarios: que Endesa acepte diluirse en la ampliación, al ser inferior el valor de los activos que aportará, o que el importe total de la operación sea inferior a esos 8.000 millones. Todo apunta hacia lo segundo. El Gobierno chileno, muy pendiente de todo el proceso (se trata de la mayor ampliación de la historia del país y las AFP gestionan los ahorros de más de 9 millones de chilenos), ya ha dicho esta semana que "no hay ninguna duda" de que el importe de la ampliación de capital "debería bajarse".
Eso significará, en resumen, que los minoritarios tendrán que poner menos dinero. La operación ha sido polémica desde el principio. Nada más anunciarse, la SVS chilena detectó un "evidente" conflicto de interés, obligando a replantearla y, por ende, retrasarla. Según el nuevo calendario, en el mejor de los casos, se cerrará en el primer trimestre del año que viene.
Algunas fuentes cuestionan el papel jugado como asesor en la operación por Mediobanca, cuya filial en España y Latinoamérica preside el propio Borja Prado
La operación, cuyo éxito daba por seguro hace unos meses Borja Prado, presidente de Endesa, y no ha descarrilado en buena medida gracias al empeño mostrado por el gerente general de Enersis, Ignacio Antoñanzas, y Eduardo Escaffi, nombrado director financiero el pasado 31 de agosto en sustitución del dimitido Alfredo Ergas. Fuentes conocedoras de la operación cuestionan el papel jugado, como asesor, del banco italiano Mediobanca, cuyo presidente para España y Latinoamérica es el propio Prado. Aunque Endesa no lo confirma, se espera que el ejecutivo pise hoy suelo chileno para supervisar personalmente el desarrollo de las negociaciones con los fondos.
Las AFP, que han matizado su frontal rechazo inicial, han llegado a argumentar que la operación era un ardid de la italiana Enel (propietaria del 92% de Endesa) para reducir su abultado endeudamiento a costa de Enersis. Endesa, por su parte, dice que los recursos obtenidos con la ampliación servirán para financiar el desarrollo de Enersis y que, con ella, persigue eliminar duplicidades y aglutinar todo su negocio en Latinoamérica.
Uno de los informes reclama que no se reparta un dividendo extraordinario con los recursos obtenidos
El informe de IM Trust, una de las consultoras independientes, corrobora esto último: considera que la operación "tiene sentido estratégico para Enersis" porque "genera tamaño" y "resuelve un potencial conflicto respecto de la expansión futura del accionista controlador en la región". Por su parte, la otra firma, Claro, considera que el valor de 4.862 millones que otorgó la primera valoración implica "claramente" un riesgo de dilución para los accionistas.
La transacción, señala Claro, "sería positiva para todos sus accionistas" si "se efectúa en términos de intercambio justos y, además, se adquieren otros compromisos importantes como la no distribución de dividendos extraordinarios hacia el accionista controlador", esto es, Endesa y por extensión, Enel. El siguiente paso es la publicación de un informe del comité de directores y de las opiniones individuales de los miembros del consejo de administración (directorio), en un plazo de cinco días hábiles. Posteriormente, se convocaría una junta que aún no tiene fecha definida, aunque podría celebrarse a mediados de diciembre.