"Escucho a todo el mundo pero luego decido lo que yo pienso". Isidro Fainé en estado puro. El presidente de Gas Natural Fenosa elegía esta fórmula para responder, en la rueda de prensa previa a la junta de accionistas, a la pregunta sobre un posible relevo de Rafael Villaseca en el puesto de consejero delegado. Un rumor que lleva algún tiempo escuchándose en los mentideros energéticos y que Fainé ha decidido cortar de raíz. Y para ello, en lugar de limitarse a arropar y respaldar al ejecutivo, ha enviado un mensaje a los que sostienen que el relevo es lo mejor para la empresa.
De ahí, la contundente frase del encabezado. Previamente, Fainé había dejado claro que no se movía ni por modas ni por lo que le pudieran decir. "De siempre he seguido lo que dice mi instinto, lo que yo siento".
A Fainé no le gustó hablar de este asunto. Pero mucho menos, que se viera obligado a hacerlo. Porque una cosa es escuchar lo que todo el mundo le quiera decir pero una muy diferente es que esos mensajes comiencen a correr como la pólvora por doquier tras no haber sido "comprados" por él, que prefiere hacer más caso a su sentimiento. Por eso, la ratificación de Villaseca llegó acompañada de un tirón de orejas a los que supuestamente se toparon con el instinto del presidente de Gas Natural.
La ortodoxia apunta a que entre ellos tienen que estar los socios de referencia de la empresa energética, aunque todo es matizable. No es ningún secreto que las relaciones entre Villaseca y Repsol son mejorables. La circunstancia no es novedosa pero sí lo es la presencia de Fainé como presidente de Gas Natural y el nuevo equilibrio de poderes en la compañía tras la entrada del fondo GIP.
"Tengo plena confianza en Rafael Villaseca. Ha sido el artífice del crecimiento de Gas Natural y espero seguir contando con su inestimable colaboración", apuntó Fainé en la segunda parte de su respuesta acerca de la situación del consejero delegado. Este discurso sí sonó muy familiar, de manual, sacado de los libros de estilo de la gobernanza de las grandes empresas. Hubiera sido, en circunstancias normales, el que hubiera presidido la respuesta de Fainé, sin la necesidad de lanzar mensajes ni tirar de las orejas ni hablar de instintos y sentimientos personales.
Porque, al fin y a la postre, el posicionamiento del presidente de Gas Natural tampoco asegura la continuidad de Villaseca a largo plazo. Ni siquiera a medio. No sería la primera vez que la salida de un alto ejecutivo llega precedida de un respaldo similar al dado este jueves por Fainé a su consejero delegado.
Pero, en cualquier caso, parece claro que aquello del instinto del presidente de Gas Natural es aplicable tanto a las decisiones como también a los tiempos para tomarlas. Y éstos deben respetarse de manera sagrada porque las precipitaciones a la hora de tomar ciertas medidas suelen terminar con un efecto negativo para las compañías, especialmente desde el punto de vista económico. Y de eso, Fainé sabe un poco. Por algo, como aseguró poco después en el transcurso de una respuesta a un accionista, lleva la friolera de 55 años en banca.