El metro de Riad, capital de Arabia Saudí, es uno de esos contratos considerados como “del siglo” por su cuantía total (más de 15.000 millones de euros) y por la magnitud de la obra, la mayor red de transporte suburbano del mundo de las que actualmente están en proyecto. La mayoría de las esperanzas de FCC estaban depositadas en este hito después de un año para olvidar, con pérdidas históricas incluidas. La consecución del contrato ha supuesto un soplo de aire fresco para la compañía y la señal que probablemente necesitaba para saber que va por buen camino.
Las cifras que se mueven en esta adjudicación son mareantes. FCC estima que ingresará aproximadamente 1.700 millones por la construcción de las líneas 4,5 y 6 del metro de Riad. Esta cantidad equivale al 27% de los ingresos obtenidos por la división constructora de la compañía en 2012, es decir, más de la cuarta parte de la facturación en construcción del grupo.
La cartera constructora de FCC también experimentará un considerable impulso. Sólo este contrato hará que se incremente casi un 20% en relación con la existente al cierre del pasado año.
Reacción bursátil y plan estratégico
Hace poco más de dos meses, los títulos de FCC cotizaban en zona de mínimos, por debajo de 6,70 euros. El grupo constructor y de servicios controlado por Esther Koplowitz había cerrado el peor ejercicio de su historia, con más de 1.000 millones de pérdidas por diversos ajustes, y afrontaba la difícil tarea de elaborar un nuevo plan estratégico a cargo de una nueva cúpula directiva.
Con la revalorización experimentada en la sesión de este lunes gracias al impulso por la consecución del contrato (subió un 5,3% en la jornada), FCC acumula un subida bursátil del 62,5% desde entonces. El plan estratégico se presentó el pasado 20 de marzo y contaba como uno de los objetivos primordiales la reducción de la deuda mediante la venta de activos.
“Lo que el mercado ha apreciado más no ha sido el plan en sí sino la voluntad de la compañía por aplicarlo y que, de inmediato, han comenzado a dar los pasos para ponerlo en marcha”, señala un analista del sector. Las desinversiones se han materializado en ventas como el 50% que mantenía en su filial medioambiental Proactiva, una concesión hospitalaria en Reino Unido y el 49% de su filial de agua en República Checa.
En total, más de 250 millones de euros, algo más de un 10% de lo previsto hasta 2015.
No menos importante ha sido el ajuste de la plantilla rubricado en un ERE para cerca de 1.000 trabajadores del grupo. Y también el concurso de acreedores de su filial austriaca Alpine, cuyos ajustes provocaron gran parte de las pérdidas registradas por FCC en 2012.
El contrato de Riad supone un gran impulso y cambiará de forma radical las cifras de una compañía que parece comenzar a salir del túnel. Sin embargo, el mercado ya venía descontando los cambios que se estaban produciendo en el grupo desde la llegada de Juan Béjar como consejero delegado. La adjudicación saudí es de aquéllas que cambian el rumbo y la historia de una compañía.
Pero, en este caso, algo ya había empezado a cambiar en FCC y así lo han reflejado los mercados, que no suelen equivocarse, semanas antes de la consecución del contrato.