Los taxistas de Madrid y Barcelona se manifiestan este jueves contra la entrada en su sector durante los últimos meses de los nuevos servicios con licencia VTC, básicamente las aplicaciones Uber y Cabify. En Madrid, las cuatro asociaciones con representación han planificado una marcha entre las 11 de la mañana y las 13 horas hacia el ayuntamiento de la capital. Los taxistas entregarán una carta a la alcaldesa Manuela Carmena en la que se le pide apoyo frente a las nuevas aplicaciones: "existen muchos intereses de lobbies y corporaciones para hacer desparecer la actual estructura del sector municipal del servicio público del taxi, regulado y prestado por autónomos, sustituyéndolo por unas pocas multinacionales que se repartan el mercado fijando precios cada vez más altos".
En Barcelona, el coletivo Elite Taxi es mayoritario, defendiendo postulados más radicales: "Vamos a perder una semana, da igual, dos semanas si hace falta, venga, huelga indefinida joder. Pero no perdemos nuestro trabajo. Prefiero perder mil euros pero joder, me quedan 30 años de cotizar todavía. ¿De qué voy a trabajar si se acaba esto del taxi? Si tengo de estudios la etiqueta de anís del mono? Prefiero perder una semana de trabajo que no perder 30 años de trabajo. Vamos a hacer una huelga indefinida cada día, hasta que ceda el gobierno. Vamos una operación caracol cada día a las 7 de la mañana que es donde duele. Hasta que esto se acabe", dicen en su programa de radio.
Aunque los postulados de unas organizaciones y otras son diferentes (la Gremial del Taxi de Madrid desde un punto de vista negociador, Elite de confrontación) sus objetivos son los mismos. "En Cataluña nos quieren meter casi 4.000 VTC y lo tenemos muy claro. Es un intento de liberalización encubierta y vamos a salir a las calles. No queda políticamente correcto decirlo, pero nos están asesinando. Luego nos llaman radicales, pero los políticos y empresarios que están detrás de todas estas especulaciones, prevaricaciones, del capital salvaje, estas empresas que están recibiendo miles de autorizaciones, empresas enriqueciéndose con algo que la administración les regala... es un pelotazo que va a arruinar a un sector del taxi del que dependen 100.000 familias".
En Barcelona lo tienen claro: "No nos iremos de la plaza Sant Jaume si no nos recibe Ada Colau. No nos vale otros, queremos la alcaldes".
Los taxistas valoran en 400 millones de euros los impuestos que pagan en España, algo que "se quieren llevar fuera a paraísos fiscales".
