Los sindicatos de Iberia acordarán lanzar un último aviso a la compañía antes de llevar a cabo las movilizaciones en protesta por el plan de ajuste de la empresa. Los representantes de los trabajadores están dispuestos a no llevar a cabo su amenaza de convocar una huelga siempre y cuando la aerolínea esté dispuesta a dar marcha atrás en algunos aspectos del plan, que ya se abordaron en la reunión del SIMA sin que se alcanzara un acuerdo.
Entre ellos figura el revocar la supresión de las rutas al Caribe de habla hispana, con destinos como La Habana (Cuba) y Santo Domingo (República Dominicana). Y también la reducción de la actividad de la empresa. Aspectos que la dirección de Iberia considera poco menos que innegociables mientras que los sindicatos definen como factores que contribuyen al desmantelamiento de la empresa.
Como adelantó Vozpópuli en su edición del pasado sábado, Iberia presentó a finales de la semana pasada una propuesta a los sindicatos que contemplaba la reducción del número de despidos a cambio de un mayor recorte salarial para la plantilla. Fuentes sindicales señalaron a este diario que los trabajadores están dispuestos a aceptar un mayor recorte salarial pero no a costa de factores que suponen desmantelar la compañía. “Ya lo hicimos en 1994, aceptamos una bajada salarial y lo que vino después fue una serie de doce años consecutivos con beneficios”.
La dirección de Iberia se ha mostrado inflexible en las negociaciones después de que se alcanzara un acuerdo con los sindicatos con la mediación del SIMA, en virtud del cual los despidos se llevarían a cabo con las condiciones del ERE actualmente en vigor. Los trabajadores retiraron tras ese acuerdo su amenaza de convocar paros a comienzos de año. Sin embargo, el clima ha estado lejos de ser de cordialidad.
Cambio de escenario
No en vano, este acuerdo con los sindicatos fue recibido con indignación en el seno del holding IAG, que agrupa a Iberia y British Airways. La parte británica del holding estima que las condiciones del acuerdo impiden llevar a cabo su plan para que Iberia vuelva a ser rentable.
Sin embargo, las cosas no parecen estar tan claras dentro de la compañía española. El debate que se originó en el último consejo de administración de Iberia así lo prueba. Pocos días después, se escenificó el acuerdo con los sindicatos en el SIMA. Desde entonces, el escenario ha cambiado. Las presiones desde Londres han calado en Iberia, especialmente en la dirección, y su postura ha vuelto a ser similar a la mostrada en los días inmediatamente posteriores a la presentación del plan de ajuste.
Mientras tanto, el Gobierno, que se mostró muy activo en las últimas semanas de 2012, especialmente para evitar una huelga prenavideña, ha rebajado un tanto el tono, aunque la ministra de Fomento, Ana Pastor, manifestó en los últimos días que garantizar la viabilidad de Iberia no debe significar sólo llevar a cabo despidos.