La negociación entre Iberia y su colectivo de tierra, el único con el que aún no ha alcanzado un acuerdo para terminar de cerrar su plan estratégico, entre en su recta final forzada por los plazos para la renovación de los contratos de mantenimiento y handling de la mayoría de aeropuertos españoles. El papel de Iberia en este proceso dependerá de si hay acuerdo o no. En caso contrario, la compañía seguiría con su estrategia y dejaría reducida casi al mínimo esta unidad de negocio. 

El Gobierno se tendría que enfrentar a sus socios europeos si definitivamente decide abrir el aeropuerto de Barajas a líneas aéreas de Oriente Medio. El ministro de Industria, José Manuel Soria, y la ministra de Fomento, Ana Pastor, aseguraron ayer que estudian ofertas de líneas aéreas asiáticas para que puedan operar en la T4 y así incrementar la actividad de la nueva terminal. Sin embargo, este hecho contraviene un acuerdo no escrito entre gobiernos europeos para proteger a las compañías aéreas de sus países.

Cambios en Iberia. La aerolínea española dejará de contar con los servicios de Deloitte, su histórico auditor, y sus cuentas pasarán a ser verificadas por Ernst & Young, la firma que se encarga de hacer lo propio con las de su matriz, el 'holding' IAG, y su socio British Airways. Deloitte llevaba auditando las cuentas de Iberia desde antes de la salida a Bolsa de la aerolínea, que tuvo lugar en 2001. 

Banca de inversión, fondos y otros inversores institucionales son los nuevos propietarios del 12% de IAG, donde se encuentra Iberia, que anteriormente estaba en manos de Bankia. Entidades como Fidelity, una de las mayores gestoras de fondos del mundo, y el banco suizo UBS, que ya estaban presentes en el capital del holding, han aprovechado el descuento que ofrecía la operación para incrementar su presencia en el capital.

British Airways (BA) ha conseguido alcanzar un principio de acuerdo para mantener las aportaciones a los planes de pensiones, pese a que presentan un déficit al cierre del primer trimestre de este año de 3.300 millones de libras (algo más de 3.800 millones de euros). De este modo, la aerolínea británica ha desafiado a la mayoría de las previsiones, que daban por sentado que el incremento del agujero del fondo conllevaría una subida de las aportaciones. La situación influirá negativamente en Iberia, con la que conforma el holding IAG.

La dirección de Iberia y los sindicatos han vuelto a tensar la cuerda apenas un mes después de firmar el acuerdo de mediación propuesto por el catedrático Gregorio Tudela. Una inesperada vuelta de tuerca en las negociaciones sobre los objetivos de productividad, que a finales de la semana pasada estaban prácticamente cerradas, ha vuelto a encender las alarmas de la conflictividad laboral en Iberia.

Iberia tuvo en el combustible su principal caballo de batalla durante el pasado ejercicio, pese a que la compañía sostenía que uno de los principales factores que le empujaban a las cuantiosas pérdidas que ha registrado en los últimos años ha sido el coste de la plantilla. Así, el gasto de Iberia en combustible se incrementó cerca de un 20% en 2012, una evolución que contrasta con el 8% registrado por su socio British Airways en este mismo capítulo. En cambio, el coste de personal en la aerolínea española se redujo un 2,5%. 

La marcha de Rafael Sánchez Lozano como consejero delegado de Iberia era una circunstancia prácticamente asumida en el sector desde hace tiempo. El conflicto con los trabajadores surgido a raíz del plan de ajuste laboral presentado en diciembre por la compañía puso el ejecutivo en la más difícil de las posiciones: entre los sindicatos y el holding IAG, matriz de Iberia y verdadero artífice de la estrategia de la aerolínea española. La sentencia de Sánchez Lozano llegó cuando hasta Londres llegó la evidencia de que el ya ex CEO de Iberia había llegado a un pacto verbal con los sindicatos sobre el ajuste en la compañía.

El conflicto laboral de Iberia tomó un giro inesperado durante el fin de semana, con la aceptación por parte de IAG de la propuesta presentada por el mediador Gregorio Tudela, pese a que incluía aspectos hasta el momento rechazados sistemáticamente por el holding. Detrás de este cambio de tornas están las cuantiosas pérdidas que han causado los diez días de huelga en la aerolínea española, cercanas a los 45 millones de euros, y las presiones del Ministerio de Fomento, que ha echado el resto en este proceso de mediación debido a la complejidad de la figura del arbitraje forzoso.

La polémica por el ajuste laboral en Iberia ha generado también una guerra de informes. Si hace unas semanas apareció uno encargado por el fondo de los trabajadores de Iberia que alertaba sobre el impacto negativo que en la aerolínea española tenía el agujero en el fondo de pensiones de British Airways (BA), en las últimas horas ha sido el turno para otro preparado por Pricewaterhouse (PwC), que concluye que la fusión con British Airways es la única salida para Iberia. No es de extrañar teniendo en cuenta que fue esta consultora la que asesoró al fondo de pensiones de BA con vistas a la fusión con la compañía española.

Se acaba el tiempo. El próximo lunes comenzará la mayor huelga convocada en la historia de Iberia y el Ministerio de Fomento trata de quemar sus últimas naves para promover un acuerdo entre la dirección de la aerolínea y los sindicatos. Se espera al menos un nuevo encuentro para acercar posturas entre las partes promovido por la ministra, Ana Pastor. En la sede del holding IAG se teme que Fomento termine por imponer un arbitraje para dirimir el conflicto, a lo que no podría oponerse.

El ajuste laboral de Iberia terminará en batalla jurídica. Los sindicatos están dispuestos a llevar a los tribunales el ERE que ayer les comunicó la aerolínea, que afecta a algo más de 3.800 trabajadores. Los trabajadores consideran que hay un expediente de regulación de empleo en curso en la compañía y que ésta se comprometió a darle prioridad a la hora de proceder al plan de despidos. 

La gestora británica Legal & General se ha convertido en uno de los accionistas de referencia del holding IAG, que agrupa a Iberia y British Airways. El que fuera uno de los socios que formaba parte del núcleo duro de la aerolínea británica, cuya participación se diluyó al confeccionarse IAG, ha aflorado un paquete del 3,22% en el holding tras la compra de títulos, lo que refuerza la presencia de institucionales que estaban presentes en el capital de la empresa del Reino Unido.

No hubo sorpresa. El consejo de IAG se limitó a ratificar la falta de acuerdo entre Iberia y los sindicatos acerca del plan de ajuste de la aerolínea española dentro del plazo fijado por el holding, lo que le da pie para poner en marcha la propuesta fijada el pasado 9 de noviembre. Este hecho se traducirá en una huelga por parte de los sindicatos que podría tener consecuencias funestas para Iberia, traducidas en pérdidas de más de tres millones diarios en las jornadas de los paros, que podrían agravarse ante un posible colapso de red.

El consejo de administración de IAG ha determinado seguir adelante con los planes de ajuste diseñados para Iberia. Tras la reunión extraordinaria de esta mañana, el órgano ejecutivo del holding que agrupa a la aerolínea española con British Airways lamentó el hecho de que Iberia no pudiera llegar a un acuerdo con los sindicatos, lo que conduce a “seguir adelante con la reducción de capacidad previamente anunciada del 15% para 2013”. Los trabajadores acudirán a la huelga.

Las negociaciones sobre el plan de ajuste de Iberia han terminado de la peor manera posible: sin acuerdo y con un clima de enfrentamiento encarnizado entre los sindicatos y la compañía. El holding IAG reúne hoy a su consejo de administración, un día después de que venza el plazo que dio para negociar el llamado Plan de Transformación, para ejecutarlo ‘manu militari’. Pero sobre la mesa se encontrará con una huelga en la compañía que, de no mediar una circunstancia excepcional, será a mediados de febrero y de, como mínimo, cinco días consecutivos y completos.

La enésima reunión decisiva entre los sindicatos de Iberia y la compañía a cuenta del plan de ajuste de la aerolínea, que tiene lugar en la mañana de hoy, puede acarrear graves consecuencias. Si los representantes de los trabajadores no obtienen una respuesta muy firme por parte de la compañía de que va a respetar los acuerdos alcanzados por ambas partes en diciembre (lo que supone enfrentarse al holding IAG), los sindicatos retomarán las movilizaciones. El mensaje también está lanzado al Gobierno, dado que los empleados de Iberia están dispuestos a “parar el país”.

La tensión sube por momentos en Iberia, a dos días de que venza el plazo dado por IAG para llegar a un acuerdo sobre el ajuste laboral de la aerolínea española. Los sindicatos han decidido suspender las diferentes mesas de negociación debido a que Iberia no ha dado una respuesta clara sobre si IAG ha rechazado el acuerdo alcanzado a mediados de diciembre en el SIMA. Los trabajadores han solicitado una reunión urgente con la dirección de Iberia para conocer una respuesta definitiva.

Las negociaciones entre Iberia y los sindicatos para cerrar un acuerdo con vistas al plan de ajuste de la aerolínea proseguirán su curso con las bases establecidas en los acuerdos entre ambas partes. La reunión del consejo del holding IAG, que aglutina a la compañía española y a British Airways, reflejó las diferencias que separan a ambos socios ya que la parte británica sigue oponiéndose a este camino y apostando por los recortes radicales establecidos en el plan inicial.

El futuro inmediato de Iberia depende en buena medida de la reunión que el consejo de administración de IAG, que integra a la aerolínea española con British Airways, celebra hoy en Madrid. Una actitud hostil del holding podría acabar con una negociación entre Iberia y los sindicatos que no está nada lejos de su desenlace y que ha costado más de dos meses poner en marcha. Y las primeras consecuencias se traducirían en la tan temida huelga.

Los trabajadores de Iberia trasladarán a la compañía una propuesta para negociar el plan de ajuste de la aerolínea cuyas líneas fundamentales contemplan la congelación salarial hasta 2015 y el mantenimiento de las rutas a Latinoamérica. Los sindicatos también insisten en la necesidad de hacer prevalecer el ERE actualmente en vigor, como refleja el acuerdo alcanzado el pasado diciembre en el SIMA. Las centrales han convocado a la dirección de Iberia para negociar la semana que viene.

La tensión social sube en Iberia en la recta final de las negociaciones sobre el plan de ajuste de la aerolínea. Los sindicatos se reúnen hoy para terminar de trazar el planteamiento que pondrán encima de la mesa de la compañía en el encuentro que tendrán mañana. Básicamente, los trabajadores ofrecerán desistir de sus intenciones de convocar una huelga siempre y cuando Iberia dé marcha atrás a su decisión de suprimir las rutas al Caribe y a recortar su actividad.

La tregua en Iberia ha durado apenas dos semanas. Las negociaciones acerca del plan de ajuste de la aerolínea han vuelto a poner en pie de guerra a los sindicatos, hasta el punto de que la posibilidad de una nueva convocatoria de huelga aumenta por momentos. La última propuesta de la compañía, la reducción del número de despidos en unos 650 a cambio de una rebaja más radical de sueldos, ha sentado especialmente mal a los representantes de los trabajadores. 

El acuerdo alcanzado por la dirección de Iberia y los sindicatos el pasado 17 de diciembre que sienta las bases para negociar el ajuste laboral no sólo ha causado sorpresa e indignación en el holding IAG sino también cierta división en la propia aerolínea española. Algunos miembros de la alta dirección han apostado por tender la mano a los representantes de los trabajadores y flexibilizar la postura de la compañía, lo que ha hecho que en IAG comiencen a centrar sus miras sobre la cúpula de Iberia.