Poco antes de que el conflicto entre Iberia y los trabajadores se resolviera a través de la mediación del catedrático Gregorio Tudela, el Ministerio de Fomento presentó a la dirección de la compañía, más concretamente a su entonces consejero delegado Rafael Sánchez Lozano, una serie de cifras correspondientes al pasado ejercicio que dejaba en evidencia algunos de los planteamientos de la empresa.
La más evidente, que el verdadero quebradero de cabeza de Iberia debe ser la gestión del combustible y no la plantilla, en la que la dirección de la aerolínea había centrado su plan de ajuste.
Los números que Fomento puso encima de la mesa hablan de un incremento de casi el 20% en el gasto en combustible para Iberia en 2012, en términos de costes unitarios, es decir, en euros por asiento y kilómetro. Esta notable subida contrasta con la registrada en el balance de British Airways, que se sitúa en el 8%.
La comparación de las cifras ponía claramente en evidencia la gestión del combustible en el caso de Iberia, una cuestión achacable al consejero delegado y que revivía de nuevo el debate de la ineficiencia de la flota de Iberia, con un notable número de aeronaves viejas, con un mayor consumo asociado. De hecho, Iberia gastó casi un 20% más de combustible aunque registró un 3,4% menos de asientos por kilómetro. Es decir, gastó mucho más para trasladar a menos pasajeros.
En cambio, British Airways sí logró incrementar el número de pasajeros en términos de asientos por kilómetro, concretamente un 5,5%.
Mayor gasto en combustible que en personal
El Plan de Transformación de Iberia se basaba en un duro ajuste de personal, con un planteamiento inicial de 4.500 despidos y rebajas salariales de entre el 15% y el 25%. En diversas comparecencias ante los medios de comunicación, Sánchez Lozano insistió en lo costoso que resultaba la plantilla de Iberia, con sueldos más elevados que la media en el sector.
Sin embargo, las cifras volvieron a dejar en mal lugar a la dirección de la aerolínea. El coste de personal de Iberia no sólo no se incrementó en 2012 sino que incluso descendió levemente, en torno al 2,5%.
Paradójicamente, y frente a lo sucedido en años anteriores, Iberia gastó más en combustible (1.531 millones de euros) que en personal (1.340 millones de euros) en 2012, cuando el ejercicio anterior el coste de plantilla había sido un 3% superior al del combustible.
La dirección de Iberia y, por ende, la de IAG quedaron en una situación complicada cuando se publicaron los resultados del holding. Los números mostraron una realidad diferente a la que las compañías venían manifestando anteriormente. El problema de fondo sigue siendo una Iberia en pérdidas insostenibles en el tiempo. Pero las causas no son precisamente las esgrimidas por unos y otros.
La posterior aceptación de la mediación y el resultado final de ésta no son sino consecuencias de lo anterior, con el no menos importante añadido del impacto económico de los diez días de huelga de la aerolínea española, cifrados en unos 45 millones de euros.