En los inicios de 2009, el empresario Luis Portillo, uno de los llamados ‘señores del ladrillo’, que llegó a presidir y controlar una Colonial con más de 9.000 millones de capitalización, volvió a Sevilla tras verse obligado a dimitir como presidente de la inmobiliaria. Cada vez que alguien, al reconocerle por la calle o en algún restaurante, le preguntaba por su situación, Portillo siempre respondía: “tío, esto es la p… ruina”.
Los números reflejan que el que llegó a ser propietario de aproximadamente la mitad del suelo que había en su Dos Hermanas natal se quedaba corto. Por lo pronto, “su” Colonial cerró aquel 2008 con pérdidas superiores a los 3.900 millones de euros mientras que la suma de los números rojos de las grandes del sector se iba más allá de los 8.000 millones.
Ahora, después de cinco años de la peor crisis financiera de la historia, la cifra de pérdidas cosechadas por las grandes inmobiliarias se sitúa por encima de los 16.500 millones de euros tras el fin de un año que también ha sido pródigo en saneamientos, provisiones y nuevas quiebras. Así, 2012 se ha situado tras aquel fatídico 2008 como el peor año de todos los tiempos para el sector, con números rojos cercanos a los 3.500 millones de euros.
Por empresas, precisamente ha sido Inmobiliaria Colonial la que mayores pérdidas acumula en este periodo, algo más de 6.300 millones de euros. La compañía, controlada por las entidades financieras que son sus principales acreedores desde la marcha de Portillo, ha evitado de forma casi milagrosa el concurso de acreedores a través de dos procesos de refinanciación que han causado estragos y grandes agujeros en los balances de los bancos que la sostienen (Crédit Agricole, Commerzbank, Royal Bank of Scotland –intervenido por el Estado británico- más los fondos Colony y Orion, que adquirieron la cartera de deuda a Goldman Sachs).
Los dos mayores concursos de la historia
No corrió la misma suerte la segunda en esta clasificación: Martinsa-Fadesa, que acumula pérdidas superiores a los 5.000 millones de euros durante estos cinco años. La empresa que preside Fernando Martín protagonizó en 2008 el que aun hoy es el mayor concurso de acreedores de la historia empresarial española, con un pasivo superior a los 5.500 millones de euros.
En la actualidad, la inmobiliaria ha superado el concurso y se ha comprometido a devolver toda su deuda en ocho años y sin ningún tipo de quita.
En el primer año de la crisis, las inmobiliarias ya sumaban más de 8.000 millones de pérdidas
Con número rojos acumulados por valor de 2.100 millones de euros, Metrovacesa completa el podio de las desheredadas de la fortuna, aunque también logró salvar in extremis la antigua suspensión de pagos gracias a su recurso a la legislación mercantil británica. No ha podido decir lo mismo Reyal Urbis, que acaba de presentar el que es el segundo mayor concurso de acreedores de la historia, justo después del año en que registró sus mayores pérdidas, 730 millones de euros.
Por su parte, Realia es la que mejor ha salvado estos años y la única que ha logrado cerrar dos ejercicios en positivo, los de 2010 y 2011, aunque con beneficios simbólicos, que apenas han superado el millón de euros.
La inmobiliaria participada por Bankia y Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) negocia actualmente su segunda refinanciación y ha procedido en 2012 a realizar un severo saneamiento de sus cuentas, lo que le ha llevado a perder 319,2 millones de euros.
Aun así, suma menores pérdidas que Quabit, heredera de la Astroc de Enrique Bañuelos, que de momento también esquiva el concurso aunque ha arrastrado a él a su principal accionista, Grupo Rayet.