“Será un poco raro al principio encontrar en un mismo espacio primero la comida, luego las cremas, a unos metros más allá ropa de estilo, pero es cuestión de acostumbrarse. Queremos satisfacer el gusto de la clase media-alta con nuestra marca Esmara”. Quien así habla es el director general de Lidl España, Michel Aranda, que ha presentado esta y otras estrategias de su empresa durante el congreso Aecoc que se celebra en Sevilla.
“No valdrá para todas las tiendas, tan sólo para aquellas más grandes: con unos 8.000 metros cuadrados, 120 plazas de parking mínimo, 1.400 metros cuadrados de sala y una buena ubicación”, ha asegurado el francés. En la actualidad Lidl ya tiene una zona de bazar con ropa pero no está precisamente destinada al target medio-alto.
La compañía ya se ha atrevido en el pasado con algunas experiencias con la moda. Por ejemplo, en 2014 vendió 280.000 prendas de Custo Dalmau solo en una semana. La acogida en ese caso fue espectacular. En aquella época la compañía alemana del grupo Schwartz ya vio que al consumidor no le importaba comprar ropa en un supermercado si la relación calidad-precio era buena. Pero la apuesta ahora es más ambiciosa, porque será permanente.
"No supimos entender al público"
Lidl presentó durante este miércoles muchos cambios en su estrategia respecto a las primeras tiendas que montó en España. "Entonces no subimos entender al público español, o darnos cuenta de que los productos tenían que estar etiquetados en español porque no les valía en inglés o alemán. Pero ese modelo, asociado al hard discount (precio muy bajo) se ha ido modificando con el tiempo. Ahora, la compañía ha introducido elementos para dar más calidad a sus tiendas, como los productos frescos. Sin embargo, aseguran que hay ciertas cosas que nunca abandonarán, singularmente "los productos en palets, lo cual abarata el transporte".
