El Edificio España, uno de los inmuebles más emblemáticos de Madrid, afronta este sábado uno de los días más importantes de su historia: el que podría ser su tercer cambio de manos en los últimos diez años. El 15 de octubre de 2016 es la fecha fijada como límite para que Baraka, holding controlado por el empresario murciano Trinitario Casanova, ejecute la adquisición del activo, que negocia en exclusiva con Wanda, su actual propietario, desde el pasado 12 de julio.
Como es habitual en este tipo de operaciones, el comprador ha apurado los plazos hasta el final. La pasada semana, Casanova asistió a la presentación de proyectos para la remodelación de la Plaza de España, frente a la que se sitúa el rascacielos, y aseguró que ultimaba las conversaciones tanto para ejecutar la compra del inmueble como para cerrar un acuerdo con un operador hotelero para el futuro establecimiento que albergará.
Tanto se apura que lo más probable es que los trámites se prolonguen hasta el límite, si finalmente termina de cuajar la operación. En su día, Wanda, el holding controlado por el magnate Wang Jianlin (la primera fortuna de China y una de las veinte mayores del mundo) señaló en un comunicado al regulador de la Bolsa de Hong Kong que la transacción podría llevarse a cabo o no.
Lo único que, por el momento, existe es un acuerdo para que Baraka negocie en exclusiva la compra del Edificio España por un precio de 272 millones de euros.
Buena sintonía con el Ayuntamiento
Desde la firma de aquel acuerdo, el mercado ha considerado a Casanova como el propietario ‘de facto’ del inmueble, mientras transcurría el tiempo para llegar al límite del plazo establecido en el acuerdo con Wanda. De hecho, el empresario ha hecho llegar ya al Ayuntamiento de Madrid sus planes para la reforma del inmueble, que se encuentra completamente vacío por dentro, y el uso que piensa otorgarle una vez que cuente con las escrituras de propiedad.
A diferencia de lo que ocurrió con Wanda, Baraka está dispuesta a respetar en su totalidad la fachada a la hora de remozar el rascacielos. El grupo chino optaba por derribarla para después levantarla de nuevo respetando su aspecto original, algo a lo que, desde un principio, se opuso la corporación municipal, hasta el punto de que Wanda decidió renunciar a su proyecto de establecer un hotel de lujo, apartamentos exclusivos y zona comercial en el inmueble y ponerlo a la venta.
Un proyecto similar al que pretende Baraka, salvo los lujosos apartamentos que planeaba el holding de Wang, que también es dueño del 20% del capital del Club Atlético de Madrid y que ha sido tentado para realizar más inversiones en España. En su día, Wanda estudió lanzar una oferta para la compra del complejo vacacional y de ocio Marina d’Or, en el litoral castellonense, y también se interesó por los terrenos del Ministerio de Defensa en la zona de Campamento, a las afueras de Madrid.
Precisamente, uno de los últimos ofrecimientos a Wanda ha llegado de la mano del propio Trinitario Casanova, que propuso al holding chino revivir el proyecto de Polaris World, en Murcia, una de las víctimas del violento estallido de la burbuja inmobiliaria en España.
A vueltas con la financiación
Con el precio fijado de antemano, los tres meses establecidos en el acuerdo previo con Wanda han sido aprovechados por Trinitario Casanova para estudiar la estructura de la financiación de la compra así como para asegurarse el apoyo del Ayuntamiento de Madrid en el proyecto.
Precisamente, una de las incógnitas de la adquisición es la forma de financiarla. Fuentes del mercado apuntaron a Vozpópuli que el empresario murciano no terminaba de cerrar un acuerdo con entidades financieras para la obtención de un préstamo, por lo que se planteaba afrontar la adquisición con fondos propios.
Sea como fuere, las próximas horas serán decisivas para conocer si Baraka se convertirá en el cuarto dueño del Edificio España en los últimos 10 años. En 2006, Santander lo compró a la inmobiliaria Metrovacesa por unos 360 millones de euros. Por entonces, el banco lo incluyó en su exitoso fondo Banif Inmobiliario. Tras intentar en vano articular un proyecto en torno al inmueble, Santander comenzó a buscar comprador para el rascacielos. Víctima de la crisis y los reembolsos masivos, esa búsqueda cobró carácter de urgencia.
En 2014 apareció Wanda como salvador, aunque si finalmente se lleva a cabo la operación con Baraka apenas habrá permanecido poco más de dos años como propietario.