El gigante informático Microsoft, ha reconocido que un fallo en su sistema operativo, Windows, es el que permite al último ransomware, denominado Petya, infectar los equipos.
Según fuentes de la compañía, el nuevo virus utiliza diferentes formas de propagarse, entre la que se encuentra una que había sido parcheada -de forma incorrecta, visto lo visto- desde las versiones Windows XP a Windows 10.