Una nueva huelga en Iberia tomará hoy carta de naturaleza, cuando los sindicatos hagan público el calendario de los paros, que probablemente incluirá seis jornadas entre los próximos 14 y 21 de diciembre. Las negociaciones con la empresa sobre el plan de ajuste se encuentran en punto muerto tras los fallidos primeros contactos. Sin embargo, a la convocatoria de la huelga también ha contribuido la estrategia comercial que la compañía prepara entre bambalinas y que incluye la supresión de algunas rutas.
Los planes de los sindicatos no pasaban por una convocatoria de paros tan inmediata. Sin embargo, en la decisión no sólo ha influido el hecho de que los primeros contactos con la empresa finalizaran sin acuerdo y prácticamente sin conversaciones. Los representantes de los trabajadores se han ido enervando conforme se desarrollaban determinados acontecimientos, sobre todo referidos a la futura estrategia comercial de Iberia.
La tensión se ha incrementado especialmente desde que ha trascendido que la compañía tiene muy avanzada la supresión de algunas rutas que conectan Madrid con el Caribe de habla hispana (La Habana, Santo Domingo y San José de Costa Rica). Un movimiento que los sindicatos han considerado como una provocación, con el agravante de que esas mismas rutas podría acabar bajo la operativa de British Airways, el socio de Iberia en IAG.
“Lo de las rutas del Caribe es ‘casus belli’, hará que nos pongamos en pie de guerra”, señalaba un dirigente sindical poco antes de que se confirmara que habría paros en la compañía.
El apoyo de la opinión pública
No mucho antes, los sindicatos descartaban la huelga y más en fechas próximas a las fiestas de Navidad. No obstante, a la hora de convocar los paros los representantes de los trabajadores han querido evitar fechas clave, lo que supone una novedad en relación con otras convocatorias. Este hecho se debe a que entre los sindicatos existe el convencimiento de que, en este caso, la opinión pública está de su lado, un factor que no desean perder bajo ningún concepto.
“Al final, una huelga de este tipo perjudica fundamentalmente a la clase trabajadora”, apuntilló otra fuente sindical, que también dio fe de que el apoyo de la opinión pública no es el único por el que se sienten respaldados. También está el del Gobierno, que se ha implicado en el conflicto y que volvió a lanzar un mensaje a Iberia en boca de la propia ministra, Ana Pastor.
En unas jornadas organizadas por el periódico Cinco Días y la consultora Accenture, Pastor insistió en la españolidad de Iberia y en la importancia de la compañía en las conexiones con los mercados latinoamericanos.