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Más tiempo sin stock options: ACS retrasa su nuevo plan de bonus por la OPA de Abertis

La compañía tiene previsto un nuevo sistema de incentivos para alto ejecutivos tras el fracaso de los dos anteriores, que quedaron sin ejecutar. Sin embargo, la operación de Abertis retrasará su entrada en vigor y dejará a los directivos algo más de tiempo sin bonus.

  • El presidente de ACS, Florentino Pérez, durante su intervención en la Junta de Accionistas de la compañía

La operación de toma de control de Abertis por parte de ACS, junto al grupo italiano Atlantia, provocará que los altos ejecutivos del grupo de construcción y servicios que preside Florentino Pérez tengan que esperar algo más para conocer el nuevo plan de incentivos, aguardado con expectación en el seno de la compañía tras el fracaso de los dos anteriores, que quedaron sin poder ser ejecutados debido al errático comportamiento de la acción. El nuevo sistema, aprobado ya el año pasado por la junta de accionistas, deberá ser concretado y aprobado por el consejo de administración pero se verá condicionado por la operación de Abertis.

Por el momento, no habrá novedades hasta que no termine de resolverse el proceso de OPA sobre la concesionaria de infraestructuras que, además, correrá finalmente a cargo de Hochtief, filial alemana de ACS, que el pasado viernes presentó ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el folleto de la oferta modificada, producto del acuerdo alcanzado con Atlantia, la otra compañía que pretendía hacerse con Abertis, con el objeto de realizar conjuntamente la operación.

A la espera del resultado del proceso y de los efectos de la resolución del mismo, el consejo de ACS  decidió retrasar la entrada en vigor del nuevo plan de incentivos, según se recoge en el informe de retribuciones correspondiente al ejercicio 2017.

El sistema de incentivos incorpora como principal novedad que ya no está ligado por completo al comportamiento de la acción, como los anteriores, sino al cumplimiento de una serie de objetivos, mayoritariamente financieros (relacionados con el incremento del beneficio, en relación con el presupuesto y con el registrado el año anterior y también con la evolución del flujo de caja, entre otros parámetros).

Sin bonus desde 2012

Los dos anteriores planes contemplaban la entrega de opciones sobre acciones a un grupo de unos 60 altos directivos con un precio de ejercicio que, en principio, debería ser fácilmente superado por los títulos de ACS. Sin embargo, el objetivo no se consiguió en ninguno de los dos casos, por lo que los ejecutivos de la compañía no han percibido incentivo alguno desde 2012.

Precisamente, fue la última gran operación de ACS antes de la de Abertis, esto es, el aterrizaje en el capital de Iberdrola para tratar de hacerse con su control y convertir a la empresa que preside Ignacio Galán en la pata energética del grupo, la que frustró el primero de los planes de incentivos que se vino abajo. Tras la salida ruinosa del capital de la eléctrica, una vez frustrados los objetivos de acceder al consejo de administración, los títulos de ACS se desplomaron como consecuencia de los notables ajustes que la constructora tuvo que llevar a cabo para sanear sus cuentas y tapar el agujero provocado por las minusvalías de la venta de la participación en Iberdrola.

Paradójicamente, mientras que han pasado dos planes de incentivos sin ejecutar, el último en incorporarse al consejo de ACS, Marcelino Fernández Verdes en calidad de consejero delegado, se ha convertido en el ejecutivo mejor pagado de la Bolsa española en 2017 (con 20,4 millones de euros) gracias a un bonus pero no de la compañía sino de su filial australiana Cimic, de la que es presidente desde 2014. 

Cambio de estructura

Fernández Verdes sucedía de esta modo a otro ejecutivo del sector, Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, que hace dos años percibió algo más de 15 millones de euros, también gracias a la ejecución de un plan de incentivos de la compañía constructora.

Los últimos planes diseñados por el consejo de administración de ACS estaban valorados en algo más de 200 millones de euros. Consistían en la entrega de opciones sobre acciones a ejecutar los dos años posteriores a la finalización del plan, lo que permitiría a los beneficiarios adquirir títulos de la compañía a precios fuera de mercado, lo que sería ventajoso siempre y cuando ACS cotizara sensiblemente por encima del precio de ejercicio, lo que no sucedió en ninguno de los casos.

El nuevo plan también está estructurado en la entrega de opciones sobre acciones aunque no ligado a la cotización y sí a objetivos financieros, lo que la compañía justifica por su adecuación a los estándares internacionales de gobierno corporativo vigentes en la actualidad.

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