Hace tan sólo dos años y medio, Patricia Cabrera, recién licenciada, presentaba en el Zinc Shower de Madrid (un encuentro de economía creativa y colaborativa) un proyecto que, aún en sus más puros inicios, resultaba prometedor: MedicSen. Se trata de un dispositivo que funciona como un páncreas artificial para los diabéticos, a los que les ahorraría el tiempo y las preocupaciones de tener que pincharse para medir el azúcar y para administrarse la insulina necesaria al automatizar todo el proceso.
Ahora, la startup española, fundada entre Cabrera y Eduardo W. Jorgensen, ha crecido en equipo y ha avalado su proyecto con distintos estudios médicos. Como resultado, este jueves Jorgensen se ha convertido en el ganador del Premio Innovador del Año en España que otorga la revista del Massachussets Institute of Technology (MIT) a innovadores europeos menores de 35 años, después de que en septiembre ganara junto con dos proyectos españoles la competición europea.
El dispositivo
Su apuesta pretende mejorar la calidad de vida de los más de 422 millones de diabéticos que hay en el mundo, según el último informe de la Organización Mundial de la Salud, con tan sólo un dispositivo. El sistema se compone, por un lado, de un algoritmo inteligente conectado a una aplicación móvil que informa al paciente de su situación. Por otro lado, un parche en la piel libera la insulina necesaria en el organismo sin agujas ni ningún tipo de procedimiento invasivo.
Hasta ahora, la mayoría de pacientes diabéticos estaban atados a los medidores de glucosa (glucómetros) tradicionales, cuyo sistema se basa habitualmente en un pinchazo en un dedo para analizar los niveles de glucosa en sangre. En los últimos años, algunos habían desarrollado una tecnología ‘wearable’ (o ponible) para ser menos invasivos, pero la ‘revolución’ del dispositivo de MedicSen es que la medición se hace de forma constante incluso en situaciones como el ejercicio físico o la enfermedad, teniendo en cuenta estos factores, algo que no hacen los sistemas tradicionales.
Desde entonces, su sistema ha completado con éxito los test de laboratorio en animales, y está a punto de pasar a la fase de ensayos en humanos. Jorgensen detalla para la revista del MIT: "Hemos conseguido aumentar hasta 50 veces la permeabilidad de la piel a la insulina, un fármaco mucho más complejo que otros para los que ya existen parches transdérmicos, como los que administran nicotina".
Su objetivo a largo plazo es que MedicSen permita el tratamiento y prevención de otras enfermedades como la obesidad y la hipertensión.
Enfocado a la neurocirugía
A pesar del éxito de su proyeto, Jorgensen estaba enfocado en sus estudios hacia la neurocirugía, aunque hace tres años un incidente cambió su destino. “Una niña con diabetes llegó a la consulta, puso su bomba de insulina sobre la mesa y dijo que no iba a seguir con el tratamiento", recuerda para la revista del MIT.
En total eran 10 los finalistas españoles para recibir el premio. Tres de ellos, incluído el propio Jorgensen, junto con Rubén Costa y su nueva generación de BioLed, y Carles García y su kit médico para las complicaciones de las anestesias epidurales, ya resultaron ganadores de la competición a nivel europeo en septiembre. Ahora, el CEO de MedicSen se ha convertido en el ganador del año de la competición española.