En pleno juicio por un ERE y con la cuenta de resultados menguanda, la sociedad estatal Paradores de Turismo prepara un golpe de efecto. La empresa pública ultima el lanzamiento de una franquicia que utilice su misma marca y sea capaz de competir en el extranjero. Faltan muchos flecos por limar, como que si las franquicias serán de titularidad pública o privada. Pero la idea avanza a buen ritmo, según ha podido saber este medio.
La salida al exterior para ganar mercados es uno de los pocos puntos en que la dirección, encabezada por la presidenta de Paradores, Ángeles Alarcó, y los sindicatos se han puesto de acuerdo. Un avance de esta medida, que está al caer, apareció ayer viernes en el Boletín Oficial del Estado (BOE). El BOE recoge una modificación de los estatutos sociales, concretamente de los artículos primero y segundo. El cambio afectará a “la gestión y explotación, directa o indirecta, de la red de establecimientos e instalaciones turísticas del Estado, o de los que la entidad adquiera bajo cualquier forma jurídica que posibilite su gestión, operativa o explotación”.
¿Capital privado?
Detrás de este enunciado está el invento de la franquicia, pero también, aseguran los sindicatos, la posibilidad de que acabe entrando capital privado en Paradores, algo que se comenta desde hace mucho tiempo pero que no termina de ocurrir. La caída de los ingresos es un arma frecuente esgrimida por la dirección para blandir esta amenaza, además de para justificar el ERE y el cierre, temporal, de algunos de los casi 100 establecimientos, como ya ha sucedido.
Otras voces acusan a la actual gerencia: según el sindicato CGT, las ventas se redujeron un 25% en los meses de enero y febrero, por lo que esta central pide el cese de la actual cúpula directiva por su “política errática”.
La franquiziación de la compañía nonagenaria responde a varias motivaciones, la principal de ellas el deseo de remontar los malos resultados. Pero también hay rumores que hablan del interés de algún país árabe –no sé sabe si dotado de petróleo o no- por importar la marca, manteniendo la nomenclatura actual con su correspondiente traducción.