Industria ya tiene sobre la mesa la propuesta de ACS para devolver al Estado la concesión de su participada Escal para explotar el Castor por 25 años. La empresa que controla Florentino Pérez tiene ahora que camelarse a los bonistas que pusieron los 1.400 millones de euros que costó el proyecto, para que acepten la devolución de la licencia de explotación al Ministerio.
Y si éstos aceptan, el siguiente paso será negociar con Alberto Nadal, secretario de Estado de Energía en el que el ministro José Manuel Soria ha delegado la solución al problema, una quita sobre el valor total del proyecto, que se presupuestó inicialmente en 500 millones de euros y cuyo coste final se disparó a 1.700 millones.
Pero el problema real pivota sobre los 1.400 millones que poseen los bonistas, cantidad en la que también la auditoria DNV ha cifrado el coste final del proyecto. Industria confirmó ayer que ha recibido la notificación de ACS de su intención de renunciar a la concesión de explotación del almacén de gas subterráneo que en septiembre pasado provocó más de 500 terremotos.
Pero también avisó que “hasta que no se presente formalmente la decisión definitiva de renuncia de la concesión de la explotación de la instalación del almacenamiento de Castor, el Ministerio no debe adoptar ninguna decisión administrativa”, informa Europa Press.
Industria dice que hasta que ACS no tenga pactado con sus bonistas el acuerdo de renuncia de la concesión no tomará ninguna decisión administrativa
Para que esto ocurra, ACS tiene que recibir el plácet de los bonistas que financiaron la inversión, entre los que destaca el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que avaló parte de la emisión de 1.400 millones.
El esquema de concesión de estos bonos prevé que si el 30 de noviembre de 2014 la concesión no está operativa y el Estado no ha rescatado la infraestructura, Escal deberá repagar a los bonistas de forma anticipada, según informó Vozpópuli este miércoles. La agencia Fitch ha rebajado la calificación de los bonos emitidos por Escal a la categoría de bonos basura debido a las incertidumbres que se ciernen sobre el almacén subterráneo.
ACS, que posee el 67% de Escal, confía en no llegar a esta situación y por eso anoche comunicó a los bonistas su decisión de tirar la toalla de un proyecto que Industria cerró temporalmente en septiembre ante la avalancha de terremotos y que difícilmente volverá a abrir ante los palmarios riesgos de nuevos seísmos existentes, según los informes técnicos realizados.
El banco malo que estudia Nadal rescataría el Castor, pero con una quita de su valor que rondaría el 50% y dejaría en la mitad la indemnización a ACS
Pero el gran escollo de ACS no está sólo en sus bonistas, sino en Industria. Nadal estudia la creación de un banco malo para rescatar el Castor, pero exigiendo a su propietario una importante quita que, según las fuentes consultadas, podría llegar al 50% del valor del proyecto.
Si Industria consigue que ACS acepte una quita de la mitad y una indemnización de 700 millones de euros, el grupo de Florentino Pérez tendría que asumir con cargo a su balance la liquidación del resto con sus bonistas.
“Es la pescadilla que se muerde la cola. ACS tendrá que aceptar una quita para cobrar una indemnización, pero a su vez tendría que conseguir que los bonistas también acepten esta quita. Será una negociación muy complicada para el grupo de Florentino”, señala un analista consultado.
El caso es que a ACS le respalda una resolución del Supremo, que le reconoce el derecho a cobrar esa indemnización si el Castor no vuelve a funcionar. Pero Industria está a la espera de nuevos informes técnicos sobre el almacén y las causas de los terremotos, pero también de auditorías económcias para determinar si la compañia incurrió en sobrecostes injustificados al construir el almacén.
Sobre esas auditorías se establecerá finalmente la indemnización que debería cobrar ACS tras devolver la concesión.