Renfe ha decidido adaptarse a los nuevos tiempos dejando las cosas más o menos como estaban. Al menos, en lo que respecta a la estructura organizativa de las sociedades que conforman la nueva estructura de la empresa pública, creadas de cara a la tan esperada liberalización del sector ferroviario.
En lugar de aligerar el entramado de cargos directivos de la antigua Renfe para dotar a la nueva estructura de mayor agilidad y flexibilidad, el desarrollo organizativo del nuevo modelo de gestión empresarial del grupo aprobado por el Consejo de Ministros en septiembre pasado se ha saldado con el nombramiento de más de 350 directivos, según un documento con el nuevo organigrama adelantado por el blog especializado FTF.
A la cabeza de ese entramado de cargos de nueva creación está el presidente de la Entidad Pública Empresarial Renfe Operadora, Julio Gómez-Pomar, al que acompañan 7 directores generales (tres de ellos corporativos), 18 directores, 57 gerentes de área, 133 gerentes, 127 jefes de área, dos auditores senior y ocho delegados territoriales.
En total, 357 personas que van a estar excluidas del convenio colectivo de Renfe y que han quedado repartidas entre el ente público empresarial (la cabecera del grupo) y tres de las cuatro sociedades mercantiles estatales creadas a primeros de año que se han repartido los efectivos de la antigua Renfe Operadora: Renfe Viajeros, Renfe Mercancías y Renfe Fabricación y Mantenimiento.
Ese organigrama no recoge la estructura de una de las cuatro nuevas sociedades, la de Alquiler de material ferroviario, cuya evolución “tendrá que ver con el calendario definitivo y la profundidad del proceso de liberalización que se marque desde el Gobierno”, según explicó en el Congreso el presidente de Renfe en noviembre pasado.
Así, según recogen las 55 páginas del nuevo organigrama elaborado por Renfe, en la cabecera del grupo (con unos 1.000 empleados) estarán 139 directivos.
Esta división se ocupará de la definición de la política y estrategia de negocio del grupo, los proyectos internacionales y la gestión centralizada de las principales funciones como entidad holding: tesorería y gestión de la deuda, publicidad y comunicación, recursos humanos, servicio jurídico, sistemas de la información, compras y contratación, auditoría interna, control presupuestario y relación con órganos externos.
La cabecera de Renfe redundará “en un ahorro de costes frente a un modelo descentralizado en el que cada sociedad tuviera que buscar individualmente la cobertura de las necesidades antes citadas”, según aseguró el presidente de Renfe en noviembre pasado.
Renfe Viajeros, que aglutina al grueso de la plantilla, 8.022 efectivos, y de la deuda (84,4% del total, 4.360 millones de euros), y que este año prevé perder 95 millones de euros), tendrá otros 128 directivos; Renfe Mercancías (algo menos de 1.500 empleados y unas pérdidas esperadas de casi 86 millones, según las previsiones de Renfe) tendrá 49 directivos y Renfe Fabricación y Mantenimiento (unos 3.300 empleados y unas pérdidas esperadas de 27 millones este año), otros 41.