En apenas 16 meses, Forestalia ha pasado de ser un auténtico desconocido en el sector de las energías renovables al nombre que está en boca de todo el mundo. Las dos últimas subastas del Gobierno le han permitido adjudicarse casi 1.800 megawatios, de los que 1.500 son eólicos, lo que le catapultará directamente a una posición de privilegio en el grupo de los principales promotores de esta energía en España. Eso sí, el esfuerzo no será menor; requerirá de una inversión de unos 1.800 millones de euros en los próximos meses. Y todo ello, sin una rentabilidad garantizada.
De los casi 3.000 megawatios que el Gobierno ha puesto en liza, algo más del 40% ha ido a parar a las manos de Forestalia, que ya se adjudicó prácticamente dos tercios de la potencia que se subastó en enero de 2016 (por entonces, un total 700 megawatios, lejos de lo que ha sido la mayor subasta renovable de la historia en Europa). La suma de ambos procesos confirma a Forestalia como la última reina en llegar al sector.
Como sucediera en el anterior proceso, la subasta se ha caracterizado por la elevada competitividad de las ofertas, lo que ha hecho que todos los grupos que han resultado adjudicatarios hayan ofrecido el máximo descuento posible, algo más de un 63% respecto de la prima. De esta forma, la rentabilidad de las inversiones no está garantizada, los promotores no percibirán primas ni subvenciones y sólo cobrarán el precio establecido en el mercado.
Al contrario de la subasta de enero, en esta ocasión las grandes compañías del sector no se han ido de vacío, aunque para ello se han visto obligadas a poner sobre la mesa ofertas con el máximo descuento. Ha sido el caso de Endesa, a través de Enel Green Power España, que ha obtenido 540 megawatios, y de Gas Natural Fenosa, que ha logrado unos 500.
Pero a otros, directamente, no les han salido las cuentas. Y no son otros cualesquiera. Los tres mayores promotores eólicos de España, Iberdrola, Acciona Energía y EDP Renovables, no han pescado en el proceso. De hecho, Acciona ni siquiera ha presentado ofertas. Iberdrola ha participado pero en busca de una rentabilidad asegurada que se antojaba imposible en un proceso como éste, con una elevada dosis de riesgo.
De hecho, el banco de inversión Fidentiis avaló en una nota dirigida a los inversores la estrategia de Acciona de no acudir al proceso ante la falta de visibilidad y el hecho de que el modelo no garantiza ningún retorno. “Considerando su exposición a España y la falta de visibilidad, vemos muy positiva la decisión de Acciona de no pujar en este proceso”.
Forestalia aterriza con la intención de cambiar el modelo, de terminar con las renovables subvencionadas o primadas
Forestalia es una recién llegada al sector pero con la intención de ser protagonista. Y no sólo porque si consigue instalar toda la potencia adjudicada se meterá en el selecto grupo de los seis mayores promotores eólicos de España. Además, aterriza con la intención de cambiar el modelo, de terminar con las renovables subvencionadas o primadas. En el sector no paran de preguntarse cómo lo hará. Porque los números no le salen a casi nadie.
Lo cierto es que, de momento, Forestalia apenas ha realizado movimientos para poner en marcha los primeros 300 megawatios, los que se adjudicó en la subasta de enero de 2016. La compañía asegura que ha estado trabajando en conseguir las pertinentes autorizaciones y permisos de las administraciones autonómica y municipales de Aragón, su lugar de origen, donde instalará sus primeros parques.
La búsqueda de un socio ha sido, por ahora, infructuosa aunque sí han conseguido un acuerdo con el gigante estadounidense General Electric para que le suministre la tecnología y los aerogeneradores para poner en marcha los 1.500 megawatios de eólica que tiene adjudicados.
Tras la subasta llega la hora de la verdad. Forestalia dice tener la fórmula. De lo que nadie duda es del tamaño del desafío que tiene por delante.